Relatos de ProvinciaZipaquirá

En 1931 se dio la primera “rebelión zipaquireña” contra el Tránsito hacia Bogotá

En el año de 1931, las personas que se transportaban de Zipaquirá y Bogotá, consideraban injustas las medidas que determinaba la Oficina de Tránsito contra de los automovilistas que viajaban por la región.

La circular No.31 del Concejo Municipal de Zipaquirá, con fecha del 20 de noviembre de 1931, decía: “La Municipalidad de esta ciudad, en su empeño de defenderse de los gravosos e ilegales impuestos que la Inspección de tráfico de Bogotá impone a los vehículos que llegan a la capital, procedentes de las poblaciones circunvecinas, ha acordado, a su turno, gravar también con un impuesto semejante al de Bogotá, los vehículos (camiones, automóviles, etc.) que llegan a este Municipio. Y en la esperanza de ser secundada esta disposición defensiva de las Municipalidades vecinas con quienes se mantiene el tráfico, tenemos el honor de dirigirnos a Usted con tal fin, para lograr de común acuerdo la derogatoria en Bogotá de este impuesto a todas luces inconveniente e ilegal”. Incluso, el documento fue enviado como copia a los alcaldes de: Cajicá, Chía, Cogua, Gachancipá, Pacho, Nemocón, Tabio, Tenjo y Tocancipá (Cundinamarca).

Posteriormente, en el gobierno de Pedro Pablo Jácome (exalcalde de Zipaquirá) y Manuel José Cárdenas (expresidente del Concejo), por segunda vez, dio un ultimátum a la Circulación de Bogotá, mediante la Resolución 2, del 31 de octubre de 1939, un documento en circunstancias similares al radicado en 1931. El cual decía: “La Oficina de Circulación de Bogotá últimamente ha venido obstaculizando la entrada a la capital, a los vehículos matriculados en las demás poblaciones de Cundinamarca, cancelando los pases que no sean expedidos en la Capital, y para cuya expedición se han llenado (como es el caso de Zipaquirá) todos y cada uno de los requisitos exigidos por la Ordenanza No.14 de 1936, sobre el Código Vial Terrestre de Cundinamarca; con lo cual se causan graves y notorios perjuicios al Comercio y al gremio de chóferes, a la vez que se establece un odioso y antipatriótico monopolio. Ante ello, la Alcaldía resuelve solicitar atentamente de la Oficina de Circulación de Bogotá, revocar a la mayor brevedad de la Resolución en referencia, con espíritu de amplitud y justicia”.

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Y así, durante el siglo XX hubo múltiples denuncias entre el Gobierno Municipal de Zipaquirá, la Gobernación de Cundinamarca y el Tribunal Seccional Administrativo, por la circulación y tránsito entre la ‘Capital Salinera de Colombia’ y la capital del país.

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Posteriormente, se estableció la Resolución 3600 de 2001, donde se dicta que la para la prestación del Servicio Público de Transporte Terrestre Automotor de Pasajeros por Carretera, las empresas de tránsito tienen libertad de fijar sus propias tarifas para la prestación de esta clase de servicio. Sin embargo, ante el alza de precios, todos (en la ruta Zipaquirá – Bogotá) fijan el mismo precio y la ciudadanía queda sin elección para movilizarse a diferente costo, una situación que molesta a la gran mayoría de zipaquireños, ¡como hace 92 años!.

En 1931, las personas que se transportaban de Zipaquirá y Bogotá, consideraban injustas las medidas que determinaba la Oficina de Tránsito contra de los automovilistas que viajaban por la región.

Foto portada: Vehículos antiguos en la Plaza Mayor de Zipaquirá. Autoría de Francisco García. 

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