El 18 de julio de 2018, en conmemoración de los 418 años de la fundación hispánica de Zipaquirá, se llevó a cabo la inauguración el Sendero del Zipa, ubicado en la alameda de la carrera 11 con calle 4, cerca de la Estación del Tren, este monumento rinde homenaje al Zipa Tisquesusa y su legado cultural.

Durante el evento de inauguración, diversas polémicas surgieron en torno al monumento. Las opiniones a favor y en contra se manifestaron en un ambiente de debates y discusiones acaloradas. A pesar de esto, también hubo presentaciones culturales y encuentros con diferentes resguardos indígenas, que sirvieron como una oportunidad para celebrar la diversidad y la riqueza de las culturas indígenas.

En aquel entonces, el alcalde Luis Alfonso Rodríguez Valbuena resaltó la importancia de este monumento como un símbolo de la recuperación y reconstrucción de la memoria histórica. Además, se destaca el valor turístico de este monumento, el cual se ha convertido en un atractivo para visitantes tanto nacionales como internacionales. En palabras de Rodríguez Valbuena, quien en su momento expresó: “Este monumento, erigido en memoria de los muiscas, representa el recuerdo respetuoso y admirado que debemos tener hacia nuestros antepasados. Estoy seguro de que se convertirá en uno de los destinos más visitados por turistas nacionales e internacionales, después de la Catedral de Sal”. Además, agregó: “Ya veré a miles y miles de zipaquireños, cundinamarqueses, colombianos y extranjeros aquí, tomándose fotografías junto a este extraordinario monumento y luego explorando la ciudad para descubrir uno de los destinos turísticos más importantes de Colombia y América”.

El maestro Antonio Frío (Q.E.P.D.) fue el escultor encargado de dar vida a esta magnífica obra. Frío, reconocido por sus canciones protesta en las décadas de 1970 y 1980, descubrió su talento para la pintura y la escultura, lo que le llevó a realizar importantes exposiciones de arte a nivel nacional e internacional.

La inspiración de Frío para el Monumento a las Culturas Indígenas provino de su estudio de la historia de Colombia, enfocándose en la figura de Simón Bolívar y resaltando la valentía de los aborígenes en la defensa y preservación de sus tradiciones y culturas. Sus obras han sido exhibidas en los cinco continentes y son apreciadas por amantes del arte en prestigiosos salones de arte.

Diversos sectores de la comunidad zipaquireña expresan opiniones encontradas sobre el monumento. Algunos consideran que es un símbolo de reconocimiento y valoración de la diversidad cultural que representa la grandeza de la cultura indígena y su legado en la historia de Colombia, mientras que otros cuestionan su relevancia y señalan posibles enfoques más inclusivos para la representación de la historia y la cultura local.

A pesar de las diferencias de opinión, el Monumento a las Culturas Indígenas sigue siendo un punto de encuentro para muchos visitantes y es un recordatorio de la importancia de valorar y preservar la diversidad cultural y el arte. La controversia que lo rodea también muestra la necesidad de un diálogo abierto y respetuoso para aterrizar la historia y la identidad de Zipaquirá y sus habitantes.

A medida que se cumplen cinco años desde su inauguración, el Monumento a las Culturas Indígenas con el Tisquesusa sigue en pie, desafiando las opiniones encontradas y sirviendo como un recordatorio tangible de la riqueza cultural de Colombia y la necesidad de promover el respeto y la valoración de todas las culturas que conforman su historia.

Después de cinco años, el Monumento al Tisquesusa sigue en pie, desafiando las opiniones encontradas.

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