Datos del Banco Mundial traen esperanzas para la región, pero preocupación para Colombia
La proyección de crecimiento para América Latina y el Caribe ha mejorado significativamente según los nuevos datos liberados por el Banco Mundial, sin embargo, en el caso particular de Colombia, el pronóstico no es muy alentador.
Mientras que las previsiones para América Latina son positivas, pasando a estimar el crecimiento del PIB regional de un 1,4% a 2%, siendo esta una noticia positiva para países como Panamá que tendrá una expansión del 63%, otros países como Argentina, Haití y Chile siguen con un crecimiento menor y en el caso de Argentina, un crecimiento negativo.
Según el informe la Región de América Latina y el Caribe “logró importantes avances en resiliencia macroeconómica en las últimas tres décadas”.
Respecto a Colombia, la proyección demuestra una caída de dos puntos para este año, pasando de 1,7% a 1,5%. Este descenso, según el Banco Mundial, se debe a que el sector minero-energético, siendo el motor de la economía del país, no está creciendo lo suficiente.
Sumado a lo anterior, Colombia también ha sido susceptible a los contextos económicos que se dan en el exterior, como la desaceleración global y el debilitamiento de la economía internacional, pero también la inestabilidad de las fuerzas política internas han debilitado la inversión promoviendo esta caída en el PIB.
Ahora bien, según el Banco Mundial, si las correcciones y las estrategias macroeconómicas se realizan de forma adecuada, se prevé que la economía colombiana se recupere y crezca 2.1% para el año 2024 y para el 2025 3.1%.
La situación de Colombia y el mundo es preocupante, y ha alertado a organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional que se suma a las conclusiones del Banco Mundial, los cuales llaman la atención sobre la construcción de mejores estrategias para controlar la inflación que no afecten al empleo ni al crecimiento y permitan un repunte del crecimiento en años posteriores.
La inestabilidad de las fuerzas política internas han debilitado la inversión promoviendo esta caída en el PIB.