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Deportes

El indomable ‘Zipa’ Forero será condecorado con la Gens Nobilis

El Concejo de Zipaquirá le otorgará esta distinción al primer campeón de la Vuelta a Colombia en Bicicleta.

El Indomable ‘Zipa’ Forero/Fotografía de Sebastián Jaramillo/Revista Don Juan/Cortesía/.


ZIPAQUIRÁ, CUNDINAMARCA.


En sesión protocolaria del próximo jueves 3 de agosto, dentro del marco de la conmemoración del Ducentésimo Primer Aniversario del Sacrificio de los Mártires de Zipaquirá, el Concejo de esta ciudad entregará por proposición del concejal Fabián Mauricio Rojas García, a Efraín ‘El Zipa’ Forero la ‘Gens Nobilis’, máxima distinción que otorga esta Corporación a quienes le han servido, enaltecido, dado renombre, prestigio a la Ciudad de la Sal a nivel municipal, departamental, nacional o internacional.

Un gran resumen de su vida.

En un texto escrito en el año 2010 para la Revista Don Juan, Jorge Patiño hizo un gran resumen del perfil de la vida del ‘Indomable Zipa’ Forero Triviño  destacando sus virtudes, sacrificios, logros, dificultades y las argucias que tuvo que soportar el zipaquireño y los demás corredores en esa primera vuelta a Colombia en Bicicleta.

Según el trabajo de investigación del periodista Patiño: Hubo una época en que los ciclistas eran recibidos como héroes en sus pueblos natales; no importaba que llegaran de últimos, el solo hecho de terminar la Vuelta a Colombia era una proeza. El ciclismo, finalmente, es un deporte brutal, en el que hace falta tener voluntad de mártir y una resistencia hercúlea para soportar un corazón y unos pulmones que siempre parecen estar a punto de estallar. En la Colombia de mediados del siglo XX practicar este deporte implicaba hacerlo por carreteras destapadas, siempre listas para convertirse en una nube de polvo o en un barrial según las condiciones del clima.

Muchas de ellas estaban llenas de cascajo, doblemente peligroso porque facilitaba las caídas cuando estaba mojado y se convertía en pequeños cuchillos que podían raspar o cortar al ciclista. Había tramos interrumpidos por quebradas o derrumbes, que los deportistas tenían que pasar a pie, con las bicicletas al hombro. Llegaban a la meta irreconocibles por el polvo que se pegaba en sus cuerpos sudorosos al que se sumaba el lodo que salpicaban las bicicletas. Normalmente, lo primero que había que hacer al pasar la meta era acercarse a una manguera o a un platón para lavarse y volver a tener un rostro.

Aunque en pleno Siglo XXI las carreteras colombianas siguen siendo deficientes, están a distancias siderales de las trochas por las que el país se movía hace 66 años, cuando Efraín «el Indomable Zipa» Forero ganó la primera Vuelta a Colombia. Cada parte de su apodo tiene una explicación.

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Efraín Forero nació en Zipaquirá, el 4 de marzo de 1930. Años más tarde, sus triunfos profesionales confirmaron que el apodo no sólo se originaba en el gentilicio del ciclista, sino en el hecho comprobable de que Forero era el amo de sabana de Bogotá, Zipaquirá y sus alrededores.

Lo de ‘Indomable’ le viene por carácter. En octubre de 1949, después de ganar varias competencias en su pueblo natal, el Zipa fue a Bogotá para competir en una carrera local, en una doble a Chía que partía desde el Museo Nacional y recorría toda la carrera Séptima. En la capital, sin ropa apropiada para un ciclista, el Zipa tuvo que conformarse con una camiseta y una pantaloneta de futbolista y, peor aún, llegó a correr con una bicicleta de turismo, pesada y sin cambios. Sus competidores llegaron vestidos para la ocasión, con bicicletas francesas Automoto de un bonito color lila y con cambios. Se burlaban de él e incluso lo insultaban.

“Sus triunfos profesionales confirmaron que el apodo no sólo se originaba en el gentilicio del ciclista, sino en el hecho comprobable de que Forero era el amo de sabana de Bogotá, Zipaquirá y sus alrededores”.

El Zipa no había leído El ocaso de los ídolos, de Nietzsche, pero le faltó poco para repetir, literalmente, «lo que no me mata me hace más fuerte». Se dijo a sí mismo «así me muera hoy, les gano». Y no sólo les ganó y siguió vivo, sino que esa carrera no fue para él ningún ocaso, sino su surgimiento como ídolo. El Zipa reconoce que era atravesado, que en medio de esas carreras de aficionados las disputas no sólo se hacían a punta de pedal sino de madrazos y al ‘Indomable le costaba trabajo quedarse callado. Si lo indómito del Zipa hubiera sido sólo por los modales, quizá el ciclismo nacional no lo conocería como el primer campeón de la Vuelta a Colombia. «Indomable» constituye otra forma de decir «testarudo» y justamente eso es lo que caracterizó al Zipa a la hora de empezar a soñar con que el país tuviera una gran competencia nacional de ruta.

Muchas fueron las personas que le dijeron al Zipa que eso de la Vuelta a Colombia era una locura, que no la iba a apoyar nadie, que ningún ciclista iba a resistir semejante prueba. El coro de contradictores estuvo compensado por un grupo pequeño pero fervoroso de creyentes, encabezado por Donald Raskin, un inglés que importaba bicicletas y que fue uno de los principales impulsores del ciclismo profesional en Colombia; Guillermo Pignalosa, empresario de avisos luminosos y tan fanático del ciclismo como Raskin; Mario Martínez, de la Asociación de Ciclismo (el nombre de Federación vino después), y los periodistas de El Tiempo Pablo Camacho Montoya y Jorge Enrique Buitrago.

El grupo se reunió en el Café Pasaje en el centro de Bogotá, a espaldas de la antigua sede del periódico y le presentaron la idea a Enrique Santos Castillo para que El Tiempo patrocinara la prueba. Santos no que no, pero tampoco que sí, porque a pesar de tener sus dudas sobre el tamaño de la empresa, el Zipa le dijo que él haría una prueba para demostrar que sí se podía.

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La propuesta del Zipa era hacer por su cuenta las dos primeras etapas del recorrido propuesto: Bogotá-Honda y Honda-Manizales. Él en su bicicleta y Raskin y Pignalosa en un bus partieron de madrugada y llegaron hasta Honda. Al día siguiente hicieron la segunda parte del recorrido, aún más difícil, porque una parte importante del recorrido era en subida, la carretera estaba en peor estado y además, debido a un cambio de horario del bus que iba a Manizales, Raskin y Pignalosa tuvieron que acompañar al Zipa en una volqueta.

El Zipa le sacó una enorme ventaja a la volqueta y tuvo tiempo para detenerse en un puesto a la vera del camino y tomarse dos tazas de agua de panela con queso. Poco antes de llegar a Manizales hay un alto donde debía iniciar el descenso hacia la ciudad. Allí también se detuvo el Zipa para bañarse en una quebrada y quitarse el polvo de la carretera. El diario La Patria se enteró de su llegada y le dio gran despliegue al zipaquireño que estaba probando que sí se podía hacer la Vuelta a Colombia en bicicleta.

Facsímil Resolución Protocolaria No. MD-01 de 2017

PROTOCOLARIA N MD 01 DE 2017

Con la prueba en las piernas y en el rostro del Zipa no fue necesario nada más para convencer a El Tiempo de que diera su patrocinio. Al periódico se sumaron Avianca, Bavaria, Avisos Zeón y la Flota Mercante Grancolombiana. Pero ese patrocinio inicial era sobre todo para poder llevar a cabo la carrera, porque la mayor parte de los premios surgirían de colectas hechas entre los comerciantes de las ciudades por donde pasaba la Vuelta.

La Vuelta a Colombia fue un evento que nació con rapidez. En octubre de 1949 el Zipa estaba compitiendo por primera vez en competencias de aficionados, un año después se hicieron las primeras reuniones en el Café Pasaje, y tres meses más tarde, el 5 de enero de 1951, partía de Bogotá la primera Vuelta a Colombia, de la cual Efraín «el Indomable Zipa» Forero fue el primer campeón.

El Zipa no volvió a ganar la Vuelta a Colombia, pero por ser el primero y por las condiciones en las que tuvo que competir es, sin duda, uno de los deportistas más recordados. Se retiró como ciclista profesional en 1962.

Hoy este hijo de Zipaquirá y padre de la vuelta a Colombia tiene 87 años y es un ejemplo de pundonor, sacrificio y triunfos.

“Indomable constituye otra forma de decir «testarudo» y justamente eso es lo que caracterizó al Zipa a la hora de empezar a soñar con que el país tuviera una gran competencia nacional de ruta”.

Extrategia Medios
Equipo de redacción de Extrategia Medios

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