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El conmovedor tributo anual de los bomberos romanos a la Inmaculada Concepción

En la Plaza de España de Roma, un monumento erigido en honor a la Inmaculada Concepción se hizo el epicentro de un conmovedor tributo anual llevado a cabo por la valiente brigada de bomberos de la ciudad. Esta emotiva ceremonia, que se remonta a 1923, resalta la devoción a la Virgen María y también teje una historia marcada por la gratitud y el respeto.

El origen de este monumento se da, cuando el Rey Fernando II de las Dos Sicilias, tras sobrevivir a un atentado, atribuyó su salvación a la protección de la Inmaculada Concepción. En agradecimiento, ordenó la construcción de una columna dedicada a la Virgen en la Plaza de España de Roma, inaugurada el 8 de diciembre de 1857.

La tradición del homenaje anual comenzó en 1923, cuando la brigada de bomberos de Roma elevó una escalera hasta la estatua de la Virgen, colocando una corona de flores en su brazo derecho. Aunque interrumpida por la Segunda Guerra Mundial, esta conmovedora muestra de respeto se reanudó en 1949 y se ha convertido desde entonces en una arraigada costumbre. Cada amanecer del 8 de diciembre, el bombero más veterano de Roma asciende hasta la estatua, colgando la corona de flores, rindiendo un saludo militar y haciendo sonar las sirenas de los camiones de bomberos en un solemne homenaje a María.

Desde 1958, la ceremonia cuenta con la presencia del Papa, convirtiéndose en un evento anual de gran importancia. Este conmovedor tributo no solo refleja el compromiso de la brigada de bomberos, sino que también se ha convertido en una festividad significativa para la comunidad española en Roma.

En la reciente celebración, miembros de la Academia de la Guardia Civil de Baeza ofrecieron al Papa el distintivo tricornio de este cuerpo policial español, un gesto que resalta la conexión entre la devoción religiosa y la tradición militar.

Este emotivo encuentro fue capturado en un vídeo publicado por la Asociación PRO Guardia Civil, mostrando la profundidad de la conexión entre la fe, la gratitud y el honor militar en este evento anual que perdura conmovedoramente a lo largo del tiempo.

Esta emotiva ceremonia, que se remonta a 1923, resalta la devoción a la Virgen María y también teje una historia marcada por la gratitud y el respeto.

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