Por Redacción
Bogotá, el distrito capital de Colombia, enfrenta una problemática que acecha en su subsuelo: la amenaza constante de sismos. Con cerca del 60% de sus edificaciones careciendo de la imprescindible “sismorresistencia”, la ciudad corre el riesgo de enfrentar serios daños y colapsos en caso de un fuerte movimiento telúrico.
El profesor, Daniel Ruiz, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Ingeniera Sísmica (Asosismica), señala que, aproximadamente el 40% de las edificaciones en Bogotá son consideradas sismorresistentes. Esto implica que el restante 60%, la mayoría de las edificaciones, está en riesgo de sufrir daños graves o colapsos en caso de un terremoto.
Ruiz, menciona: “las edificaciones antiguas, mayormente ubicadas en el centro de la ciudad, podrían ser las más afectadas por terremotos de mayor magnitud, dado que fueron construidos antes de la normatividad NSR-10, que establece pautas para la construcción sismorresistente”.
Esta normatividad NRS-10, garantiza que las estructuras puedan soportar sismos. Sin embargo, un aproximado del 60% de los edificios de la “Atenas de Suramérica” se construyeron sin cumplir estos estándares, considerándolos como construcciones informales. De hecho, la advertencia de los expertos es clara: las edificaciones construidas después del año 1998 deben seguir los requerimientos sísmicos de la NSR-10, mientras que las construcciones anteriores deben someterse a evaluaciones para determinar la necesidad de refuerzos.
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Además, la ubicación geográfica de Colombia en una de las zonas sísmicas más activas del mundo, establece las bases para esta preocupante afirmación. En este punto del planeta, las placas tectónicas de la Nazca y el Caribe confluyen contra la placa suramericana, dando lugar a una intensa actividad sísmica, según el Instituto Distrital de Gestión del Riesgo y Cambio Climático (Idiger).
Bogotá, el distrito capital de Colombia, enfrenta una problemática que acecha en su subsuelo: la amenaza constante de sismos.
