¿Cómo se siente un sismo 180 metros bajo tierra?: El caso de la Catedral de Sal de Zipaquirá

En lo profundo de la tierra, a 180 metros bajo la superficie, se encuentra la majestuosa Catedral de Sal de Zipaquirá, un lugar emblemático que atrae a visitantes de todas partes del planeta. ¿Alguna vez se ha preguntado cómo se siente un sismo en un lugar tan inusual como este? La respuesta podría sorprenderle.

La Catedral de Sal de Zipaquirá tiene una peculiaridad de encontrarse en una montaña salina, una sustancia elástico-plástica que reacciona de manera única a los movimientos telúricos. Ahora, imagine que la masa de sal es como una gelatina que absorbe y se adapta a los movimientos sísmicos que ocurren en las profundidades terrestres. Esta propiedad sorprendente es clave para entender por qué un sismo no puede ser sentido allí.

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Otro factor que influye, según los expertos es que la masa de sal está anclada a la montaña circundante. Esto significa que cuando la montaña se mueve en conjunto. Es como si estuviera en un constante baile sincronizado con las fuerzas geológicas. Además, es importante destacar que la energía librada por el movimiento telúrico encuentra su salida en la superficie, lo que contribuye a la omisión del sismo en el interior de la Catedral de Sal.

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A pesar de que un sismo no puede ser sentido en el interior de la “Primera Maravilla de Colombia”, es crucial entender que la ausencia de una fuerte sacudida no garantiza la ausencia de riesgo. Es por ello que el equipo de mantenimiento de la Catedral de Sal de Zipaquirá está siempre alerta. Después de cada movimiento sísmico, el equipo encargo inicia una minuciosa búsqueda de posibles grietas y caídas de roca.