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Homenaje al maestro Antonio Frío: “Su legado perdura en la eternidad”

Por: Sebas Olaya.

En una noche de emociones profundas y recuerdos vivos, el Museo de Zipaquirá, Casa Museo Quevedo Zornoza, se iluminó con el brillante legado del maestro Antonio Frío en un homenaje póstumo, en la conmemoración de los dos años de su fallecimiento, que dejó huella en el corazón de todos los presentes.

El jueves 17 de agosto quedará grabado en la memoria de todos los asistentes como una celebración de la vida y obra de este ilustre artista. Las hijas de Antonio Frío, Cindy, Karen, Marlene y Karim, con el acompañamiento del Museo de Zipaquirá, cautivaron la audiencia con un tributo lleno de cariño y gratitud hacia su padre, compartiendo anécdotas que trajeron a la vida su espíritu apasionado y su dedicación incansable al arte.

Nacido en Bucaramanga, pero arraigado en Zipaquirá durante más de cuatro décadas, Frío se convirtió en un ícono nacional. Sus manos hábiles esculpieron grandes historias, y su amor por la región y sus tradiciones, se manifestaron en cada uno de sus trazos. La majestuosa escultura de Tisquesusa, el valiente abanderado de los Zipas, que se erige cerca de la Estación del Tren, se alza como un testimonio imborrable de su genio artístico.

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Pero el maestro no solo dominó el arte de la escultura; sus pinceles dieron vida a lienzos que capturaban la esencia del Libertador Simón Bolívar, envuelto en su característica ruana. Estas obras maestras han trascendido fronteras y hoy en día adornan distintas paredes de los salones más distinguidos del mundo artístico, despertando admiración tanto en amantes del arte como en devotos de la historia latinoamericana.

Además de su faceta como escultor y pintor, Antonio Frío dejó una marca indeleble en la música protesta, convirtiéndose en una voz influyente durante la “Vieja Nueva Ola” en Colombia y América Latina. Sus composiciones y su voz se alzaron junto a las de Ana y Jaime, Pablus Gallinazo, Luis Gabriel, y figuras internacionales como Piero, Alberto Cortés, Silvio Rodríguez y Alí Primera entre tantos otros. Sus composiciones, como “Pachín Campana”, “Pistolero Siglo XX”, “Piel Cobriza”, “Frío y Soledad”, “Un Puerto Llamado Planeta” y “Juan Minero”, resonaron en los corazones de quienes buscaban un cambio a través del arte.

La ‘Sala Conchita’ del Museo de Zipaquirá, Casa Museo Quevedo, se ha transformado en un rincón sagrado donde la creatividad y la historia del maestro Frío cobran vida. Sus creaciones, cuidadosamente seleccionadas, se exhiben con reverencia, invitando a todos los visitantes a sumergirse en el legado del artista desde ya, y hasta el 31 de agosto de 2023. La comunidad y los amantes del arte están cordialmente invitados a ser parte de este tributo perdurable, honrando a un hombre cuyo espíritu artístico seguirá vivo en la eternidad.

Obra del maestro Antonio frío, titulada: “Sueño para un desvelo” (Homenaje al Libertador Simón Bolívar).

El Museo de Zipaquirá, Casa Museo Quevedo, rinde homenaje a Antonio Frío: el escultor de mitos, el pintor de historias y el cantor de causas.

Foto portada: El Maestro Antonio Frío tiene en sus brazos a uno de sus nietos, en la develación de una de sus obras en Zipaquirá. Foto de Extrategia Medios.

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