Gabo nació físicamente en Aracataca, pero literariamente en Zipaquirá
Gabriel José de la Concordia García Márquez, conocido mundialmente como Gabo, nació en Aracata (Magdalena) el 6 de marzo de 1927 y su verdadero despertar como escritor tuvo lugar en los cuatro años cruciales que pasó en el municipio de Zipaquirá (Cundinamarca).
Cuando un país alberga a un Premio Nobel de Literatura, como lo es García Márquez desde 1982 por “Cien Años de Soledad”, es imperativo comprender las raíces de su pasión literaria. Sus primeros años de secundaria en el Colegio Jesuita San José en 1940 fueron solo el comienzo. Publicó sus primeros poemas en la revista escolar Juventud, pero su educación media no se completó allí. A sus 16 años, un barco y una beca gubernamental lo llevó, el 08 de marzo de 1943, al Liceo Nacional de Varones en Zipaquirá (hoy I.E.D. San Juan Bautista de La Salle), donde culminó su educación secundaria.
Compañeros del Liceo Nacional de Varones en el año 1943. Der a Izq., José Argemiro Torres, “El Opita” Portilla y Gabriel García Márquez. Fotografía tomada del libro “Gabo: Cuatro años de soledad, de Gustavo Castro Caycedo.
La influencia crucial de Zipaquirá en la formación de Gabo:
Entre 1943 y 1946, durante su estancia en la “Capital Salinera de Colombia”, García Márquez experimentó amores, escribió poesía y se enfrentó al desafío de crecer lejos de su hogar. Testimonios de amigos, vecinos y docentes de ese tiempo revelan que este periodo fue crucial en la formación de un hombre sensible y talentoso.
Gabriel García Márquez. Tomada en diciembre de 1946 en Zipaquirá. Fotografía tomada del libro “Gabo: Cuatro años de soledad, de Gustavo Castro Caycedo.
En su obra Vivir Para Contarla (2002), Gabo confiesa: “Todo lo que aprendí se lo debo al bachillerato”. Destaca la influencia de su profesor Carlos Julio Calderón Hermida, quien le inculcó la pasión por la lectura y lo orientó hacia los grandes maestros de la literatura. En La Hojarasca (1955), menciona: “A mi profesor Carlos Julio Calderón Hermida, a quien se le metió en la cabeza esa vaina de que yo escribiera”.
Otro personaje de gran influencia en la vida del Nobel, fue el maestro y compositor del himno de Zipaquirá, Guillermo Quevedo Zornoza, su profesor de música en aquel entonces, quien mediante los acordes le inspiró.
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En Zipaquirá, García Márquez no solo se graduó de bachiller; se formó como poeta, declamador, orador y, por supuesto, como escritor. Este municipio se convirtió en el crisol donde el autor de “Cien Años de Soledad” forjó los cimientos de su carrera literaria, agradeciendo a sus raíces zipaquireñas por haber moldeado al genio que dejó una huella imborrable en la literatura mundial.
Además, en el municipio salinero, Gabo se deleitó con bebidas como el masato y el agua de panela, amasijos como la almojábana, la changua, entre otras variedades gastronómicas de la región Andina. Según un fragmento de Vivir para Contarla, las papas saladas eran uno de sus platillos favoritos: “Las minas de sal, que los españoles encontraron vivas, eran una atracción turística los fines de semana, que se completaba con la sobrebarriga al horno y las papas nevadas en grandes pilas de sal”
A la izquierda de anteojos, Álvaro Ruiz Torres, atrás, en el centro, Gabriel García Márquez.
Fotografía tomada del libro “Gabo: Cuatro años de soledad, de Gustavo Castro Caycedo.
¿Dónde conocer el pasado de Gabo en Zipaquirá y otros detalles de su paso en esta ciudad Salinera?
En el centro histórico de Zipaquirá se encuentra sobre la Calle 7 #8-11, el Centro Cultural Casa del Nobel García Márquez, donde funcionan escuelas de formación artística y cultural; además, los visitantes pueden ver las aulas, biblioteca, cocina y otros espacios donde Gabo pasó parte de su juventud.
El horario es de lunes a viernes de 08:00 a. m a 01:00 p. m. y 02:00 p. m. a 05:00 p. m.
Cuando un país alberga a un Premio Nobel de Literatura, como lo es García Márquez desde 1982 por “Cien Años de Soledad”, es imperativo comprender las raíces de su pasión literaria.
Foto portada: Gabriel García Márquez (último a la derecha en fila superior) y sus compañeros de internado. Fotografía tomada del libro “Gabo: Cuatro años de soledad, de Gustavo Castro Caycedo.
