En las notas del himno del Tejo, suena el nombre del zipaquireño por adopción, Marco Tulio Fandiño
El deporte del Tejo es una actividad tradicional en Colombia y ha sido parte de la cultura del país durante siglos. Esta acción consiste en lanzar un disco de metal hacía un blanco con el objetivo de causar explosiones y sumar puntos.
Además de ser un ejercicio competitivo, el Tejo es patrimonio cultural, unión social, salud y una parte valiosa de la sabiduría popular colombiana. Incluso, tiene su propio himno, compuesto por Edgar Perea y Plinio Mendoza el autor, el cual dice:
Himno del Tejo:
CORO:
Orgullosos cantemos al tejo
disciplina y deporte nacional
de esperanza y de fe en nuestra raza
es riqueza de nuestra nación.
I
Nuestra herencia el ancestro dejará
con oro un tejo el Cacique forjó
en Boyacá Dios quiso que naciera
y por cuna le dio a Turmequé.
II
Con el pulso y destreza lanzaron
y le dieron altura y bondad
recuerdo a su historia dejaron
Torres, Ayala, Fandiño, y Agray.
III
Patrimonio y Ley de la patria
lucha de un hombre ferviente y tenaz.
Y, entre los apellidos que se nombran en la segunda estrofa, se encuentra el referente a Marco Tulio Fandiño, un campeón de campeones, quien ganó un torneo nacional a los campeones del departamento del país, varias décadas atrás.
Marco Tulio Fandiño, nació en Cogua (Cundinamarca) el 9 de noviembre del año 1931, y vivió en la ‘Capital Salinera de Colombia’ desde que era un niño, para estudiar, dedicarse a ser pintor de brocha gorda y más tarde casarse con Ana Beatriz Castro, unión de la cual hay cinco hijos.
En cuanto al Tejo, jugó desde los siete años y en 1953 fue seleccionado por Cundinamarca para representar al departamento, participando en 28 campeonatos nacionales, donde fue campeón seis veces.
Fandiño marco un legado, donde empleaba para jugar, un tejo de tres libras y dos onzas de peso, lo cual parece bastante, pero utilizó esa carga desde niño, “la fuerza de la costumbre lo hace parecer liviano”.
El campeonato más brillante que ganó fue el de Cartagena donde jugó la final contra un santandereano. Estaban empatados a ocho manos y la barra que lo acompañaba se fue porque lo creían perdido. Pero, en su tiro, hizo la “moñona” con la que ganó el campeonato, como premio, los asistentes lo envolvieron con la bandera del país.
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El Tejo es patrimonio cultural, unión social, salud y una parte valiosa de la sabiduría popular colombiana.
Foto portada y otra, e información: Tomadas del libro 50 años del deporte en Zipaquirá.