By Redacción
¿Por qué está haciendo tanto frío en Bogotá y sus alrededores?: responde el IDEAM
En los últimos días, el frío en la capital colombiana y sus alrededores ha sido motivo de conversación entre los habitantes de la región andina. Las mañanas y las noches heladas, que superan lo habitual, han generado interrogantes sobre las razones detrás de este fenómeno. Según los expertos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), este clima frío no solo es una percepción subjetiva, sino que también está vinculado a cambios estacionales y a las consecuencias del calentamiento global.
La oficina de ‘Alertas y Pronósticos de Bogotá’, perteneciente al IDEAM, ha explicado que las bajas temperaturas experimentadas en la capital colombiana y sus territorios aledaños son resultado de la transición a la temporada menos seca de mitad de año.
Esta transición favorece un aumento en la radiación solar sobre las superficies y en la velocidad del viento, que se hace sentir con mayor intensidad en esta época del año. Aunque este fenómeno es normal durante el mes de agosto, este año parece haberse adelantado, obligando a los bogotanos a mantener a mano sus chaquetas.
Mientras que las condiciones climáticas actuales en Bogotá son atribuidas principalmente a cambios estacionales, las perspectivas a largo plazo son preocupantes. Según el IDEAM, existe una probabilidad del 84% de que el fenómeno de El Niño se manifieste a partir de julio y se extienda hasta febrero de 2024, afectando al país durante los próximos 8 meses. Sin embargo, las radiaciones solares en junio poco tienen que ver con este fenómeno.
Si se cumplen estas predicciones, se espera un incremento en la temperatura mundial sin precedentes. Según el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, la combinación de un próximo episodio de El Niño y el cambio climático causado por los seres humanos elevará las temperaturas globales a niveles nunca antes alcanzados. Esta situación tendrá repercusiones significativas en la salud, la seguridad alimentaria, la gestión del agua y el medioambiente en general.
Este clima frío no solo es una percepción subjetiva, sino que también está vinculado a cambios estacionales y a las consecuencias del calentamiento global.
