Por: Guillermo Romero Salamanca.

“Es que cuando yo anduve recorriendo el mundo conocí a mucha gente. A mí me grabó Bienvenido Granda, con La Sonora Matancera, en los temas A la orilla del mar y El chupaflor. Charlie Figueroa se hizo famoso con 12 boleros antillanos de mi autoría, entre ellos Busco tu recuerdo, Culpa al destino y Por eso me voy. Mi canción Pesares, que es una de mis preferidas, fue grabada por Julio Jaramillo, María Dolores Pradera, Rolando Laserie y Rocío Dúrcal. El gallo tuerto todavía arma escándalo en México y ahora, según me informaron, La Piragua fue grabada por una orquesta sinfónica de Francia. La Billos Caracas Boys y los Melódicos de Venezuela, también grabaron varios temas míos, como Navidad negra y Palmira señorial”, así presentó su biografía musical el maestro José Barros al periodista Alberto Salcedo Ramos en 1989.

José Benito Barros Palomino nació en El Banco, Magdalena, el 21 de marzo de 1915 y falleció en Santa Marta, el 12 de mayo de 2007.

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Un caminante permanente
Fue el tercer hijo de Eustacia Palomino y José María Barros Traveseido, su padre falleció siendo muy niño, obligando a José y a su hermano menor Adriano a trabajar en diferentes oficios para colaborar con el sustento de la familia. José cantaba en la plaza del pueblo o en casa de personas pudientes de El Banco. Con el pasar del tiempo aprendió a tocar instrumentos como la guitarra.

Cuentan que cuando tenía 17 años de edad se trasladó a Santa Marta desde donde intentó viajar a otras plazas sin embargo debió presentarse a la milicia obligatoria, no lo logró; a pesar del tiempo en la milicia cuando regresó a su terruño mantenía la ilusión de conocer otras tierras y en cierta ocasión mientras en El Banco estaban en plena fiesta decidió embarcarse como polizón en el barco Medellín, que llegaba de Barranquilla y continuaba viaje hacia Honda; su intento fue frustrado pues al arribar a Barrancabermeja fue visto y lo bajaron.

Allí conoció a otros músicos que estaban en esa ciudad, y partió a Segovia, Antioquia, en busca de oro. Después de un año llegó a Medellín en donde resultó vencedor en un concurso de canción inédita con una canción llamada “El Minero”.

Luego de un recorrido por varias ciudades del país llegó a Bogotá, donde muy pronto se dio cuenta que la música de su región estaba entrando con fuerza al interior del país; fue entonces cuando de su genio nace la célebre cumbia “El gallo tuerto”. Con el pasar del tiempo su fama se acrecentó y sus logros lo llevaron fuera a Panamá, México y Argentina.

Con estos nuevos recorridos y el contacto con los músicos de los países visitados lo condujeron a componer rancheras y tangos.

Autor de la famosa Piragua
En 1960 regresó a El Banco, donde con la compañía de un grupo de amigos, emprende la realización del Festival de la Cumbia que se realiza en esta población. Antes de este festival ya se había realizado el Festival de la Piña, y fue para este que compuso la reconocida e internacional cumbia “La Piragua”, con la que logró inmortalizar a Guillermo Cubillos y al municipio de Chimichagua, muy cercano a El Banco.

Una de sus obras más famosas ha sido “La Piragua”, que ha sido ampliamente interpretada por artistas de la talla de La Sonora Matancera, La Billo’s Caracas Boys, Carlos Vives, Tito Cortés, Charlie Figueroa, Bovea y sus Vallenatos y La Dimensión Latina. Estas son algunas de las canciones del prolífico compositor.

“Hablar de José Barros es mencionar a uno de los grandes maestros de la Sociedad de Autores y Compositores (Sayco). Dentro de los temas para recordar figuran, entre otros: Corazón atormentado, Juanita La Maicera, Ají Picante, El viajero, El Tigre de Tordecilla, Las Pilanderas, Momposina, El Chupaflor, La Pava, La llorona loca, El Guere-Guere, Arbolito de Navidad, Pajarillo montañero, Me voy de la vida, Pesares, Divagando, Amor de un día, A la orilla del mar, Busco tu recuerdo, Carnaval, Cantinero sirva trago, Bandoneón, Navidad Negra, Violencia, El Minero, Caminito de Luna, Juana Rosa Mana, Justiniana la ventanera, Palmira Señorial, Gladys Guerrero, El Tucu tucu, La Piragua y Paloma Morenita. Toda una trayectoria para la música colombiana”, explicó César Ahumada, gerente de Sayco.

Algunas de sus historias
Entre sus reconocimientos más importantes está la de la Orden de la Democracia entregada por la Cámara de Representantes y también el Gobierno de Colombia, en cabeza del entonces presidente de la República, Belisario Betancur, que condecoró al maestro Barros en 1984 con la Orden de Boyacá. Para este acto la orquesta filarmónica de Bogotá ofreció un concierto especial con arreglos del compositor Francisco Zumaqué.

La Piragua
Esta canción es un recuerdo de su infancia cuando entraba al bote de Guillermo Cubillos y se robaba los aguacates para después venderlos, dice Carrillo; de la piragua dijo:

“A El Banco llegó desde Girardot, un comerciante cachaco de nombre Guillermo Cubillos. Traía, por buque, artículos desde el interior de la República, y en El Banco los vendía. Después instaló una tienda grande. Allí conoció a una muchacha de nombre Juana, nacida en Chimichagua. Más tarde se trasladó con ella a Chimichagua. Estando allá construyó una canoa inmensa a la que le dio por nombre La Piragua. De ese hecho me salió la inspiración que tiene el mismo título”.

El Gallo Tuerto
Al recordar las misas de gallo en su Banco natal cuando el sacerdote dijo: “Dóminus vobíscum, a lo cual un hombre loco respondió Et cum spíritu tuo, y alguien más agregó “cocoroyó canto mi gallo debajo de la palma amarga”, hecho del cual compuso la melodía que le dio vuelta al mundo.

El Patuleco
De esta melodía el maestro Barros relató: “En Barranquilla entre 1952 y 1953, no recuerdo exactamente el año, un cachaco que tenía una tienda cerca de pensión donde yo vivía –calle San Juan carrera La Paz, no me quiso fiar una Coca Cola para refrescar un guayabo de padre y señor mío que sentía. Entonces creyendo hacerle un mal a través de una melodía, compuse Patuleco. El cachaco no era cojo ni patuleco. Y cuál no sería mi sorpresa que dio cachaco en vez de reclamar por el contenido de la letra patuleco, un día que pase frente a su tienda, a gritos, me pidió que le compusiera otra melodía. Le convino cuando salió el disco Patuleco cantado por Alberto Fernández y con los arreglos musicales del maestro Pacho Galán. Mucha gente se acercaba a la tienda para conocer al cachaco a quien me referí en esta letra. Es decir, le aumentó la clientela”.

Momposina
Famosa canción especialmente en la voz de Nelson Pinedo y La Sonora Matancera. Interpretada por ellos en La Habana en 1953.

Violencia
Los problemas sociales que agobian a Latinoamérica y del mundo son tema obligado en diarios, radio y televisión esta es una cumbia es la certera crítica de José Barros a los diversos males que agobian a la humanidad.

“Oigo un llanto que atraviesa el espacio para llegar a Dios. / es el llanto de los niños que sufren, que lloran de dolor, / es el llanto de las mujeres que tiemblan con desesperación, /es el llanto, es el llanto de Dios, / Violencia, maldita violencia, porque te empeñas en teñir de sangre la tierra de Dios, / porque no dejas que en el campo nazca nueva floración, / violencia, porque no permites que reine la paz, /que reine el amor, / violencia, porque no permites que reine la paz”, dice “Violencia”, un tema inmortalizado por Gabriel Romero.

Esas son algunas de las canciones del prolífico compositor. Agustín Lara –considerado por algunos el más grande compositor de México— manifestó alguna vez, que José Barros ha sido el «mejor compositor latinoamericano». (GRS-Prensa).

Compuso la reconocida e internacional cumbia “La Piragua”, con la que logró inmortalizar a Guillermo Cubillos y al municipio de Chimichagua.

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