Economía

El Salvador aumenta su cartera de bitcoin aprovechando las rebajas

Con el retroceso en los precios de Bitcoin, en el resto del criptomercado y, por qué no decirlo, en las bolsas de medio mundo ante las noticias de que la enésima variante de la plaga que azota al mundo desde hace ya casi dos años puede estar a punto de extenderse por medio planeta empezando de nuevo el ciclo de confinamientos y parones en la economía, el gobierno de Nayib Bukele ha aprovechado para aumentar sus reservas de la criptomoneda creada por Nakamoto, no en balde las previsiones más optimistas estiman que este ciclo alcista está todavía lejos de su cénit dado que algunos analistas creen que Bitcoin podría alcanzar la cifra de 250.000 dólares para principios del año que viene.

Pero el primer país en adoptar una criptomoneda como moneda de curso legal no se limita a acumular más y más cripto en cuanto ve la oportunidad, sino que sigue aspirando a alcanzar nuevos hitos como por ejemplo la Bitcoin City, una metrópoli con amplios beneficios fiscales y que se sumará a otras iniciativas como la del uso de energía geotérmica para la criptominería, quizás siguiendo el ejemplo de Islandia, uno de los centros de criptominado más importantes del mundo que a su vez obtiene su energía de las titánicas fuerzas que a duras penas encierra la quebradiza corteza de nuestro planeta, ahondando más y más en un proyecto que aunque despierta muchos recelos por parte de organismos tan ortodoxos y vetustos como el FMI, no deja de tener un atractivo innegable incluso para quienes no comulguen a pies juntillas con el carismático líder salvadoreño pero también sean criptocreyentes.

Chivo, una criptobilletera estatal

Invertir en criptomonedas puede resultar algo abrumador para quién nunca se haya acercado a este tipo de activos, ya sea haciéndolo desde una plataforma de trading en la que se especule con movimientos de precios utilizando el apalancamiento -herramienta que hay que manejar con sumo cuidado por el riesgo que entraña de obtener altas y rápidas pérdidas-, o con una exchange. En el primer caso se puede visitar el canal social de un bróker para obtener información del calendario económico. Dado que la bitconización de El Salvador requería de una población que tuviese todas las facilidades para acceder a esta criptomoneda, no es de extrañar que el Estado crease su propia criptobilletera, que en este caso se ha dado en llamar Chivo y que bien merece por lo menos un somero análisis.

Lo primero que hay que saber es que Chivo puede descargarse tanto para dispositivos Android como iOS, algo vital dado que el gobierno de El Salvador pretende alcanzar todas las capas de la población salvadoreña y sólo requiere para su registro un documento que acredite la identidad del individuo y su nacionalidad salvadoreña, un número de teléfono de una corta lista de países y por supuesto un smartphone. Además el registro en Chivo otorga derecho a treinta dólares en bitcoin, algo que dado lo cambiante que es el precio de esta criptomoneda se traducirá en una cantidad distinta de satoshis dependiendo del momento en el que se realice el registro.

Por otro lado también presenta problemas como el de la privacidad, dado que para muchos compradores de criptomonedas el anonimato es un valor muy a tener en cuenta, algo inexistente si el Estado puede acceder al registro de los depósitos y transacciones de Bitcoins de sus ciudadanos, aunque de todas formas en buena parte del mundo ya está legislando para que al menos las exchanges sitas en el suelo patrio de cada Estado informen a la hacienda del saldo y los movimientos de sus clientes, con lo que la privacidad en este aspecto es cada vez más difícil de conseguir.

En cualquier caso al menos esos treinta dólares en bitcoin ya están pagados por el dinero público y como mínimo sirven para que los salvadoreños puedan acercarse a estos activos y empezar a dar sus primeros pasos para luego decidir si se adentran más o se limitan a observar cómo se comporta la cotización de su pequeña porción de la tarta de Bitcoin, algo que en cualquier caso puede ser muy instructivo si uno se molesta en intentar comprender por qué se producen esos picos y esas caídas en los precios de la primera de las criptomonedas.

Bitcoin podría alcanzar la cifra de 250.000 dólares para principios del año que viene.

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