Portátiles para universitarios: las nuevas tendencias que están transformando el mercado colombiano

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Empiezo con una certeza: el portátil no es ya simplemente una herramienta —es la prolongación digital de la vida universitaria—. Desde Bogotá hasta Cali, los estudiantes requieren dispositivos que combinen ligereza, autonomía, conectividad y, por qué no, cierto aire trendy. En este artículo, un repaso detallado (y crítico) de ese universo portátil que evoluciona en Colombia. Y sí, sin tablas aburridas. Vamos. 

La búsqueda del equilibrio perfecto: peso, potencia y presupuesto 

El dilema clásico: ¿computador portátil con ligereza o rendimiento? Esa contraposición define el eterno viaje del universitario moderno. Como estudiante en último semestre, recuerdo la frustración de cargar con un gigante de 2,5 kg solo para redactar: absurdo. Hoy, la tendencia es hacia portátiles de entre 1 kg y 1,4 kg: Samsung Galaxy Book2 Pro, Acer Swift Go… ligeros como plumas, potentes como motores. 

Pero cuidado: esos ultrabooks suelen llegar con procesadores Intel Core i5 o i7 de 13ª generación, o AMD Ryzen 7 de serie 7000. El desafío es mantener precios bajo control —los $3 000 000 COP no suelen cubrir gamas altas—. 

La paradoja: la ligereza pesa. Y el presupuesto también. El estudiante debe decidir si prefiere discos SSD de 512 GB o sacrificar almacenamiento para ganar agilidad y batería. 

Batería para maratones académicos (o series nocturnas) 

La autonomía se ha convertido en moneda corriente. En muchos campus, los enchufes escasean. Ya no bastan las 6 horas; lo estándar es entre 10 y 14 horas. 

Fabricantes lo saben. Equipos con baterías de 70 Wh o más integran procesadores eficientes como Intel U-series o AMD 7040U; además, adoptan fastcharging. La idea es clara: que el portátil aguante sin cargar todo el día. 

La consecuencia: menos pesos muertos en ese chasis delgado. Y menos ansiedad. Un alivio para quienes viven entre clases, cafés y madrugada. 

Pantallas: una ventana más allá del aula 

Antes bastaba con HD. Hoy exigimos Full HD mínimo —algunos piden paneles OLED 2.8 K para diseño o streaming—. Pero lo interesante es el equilibrio: IPS de 100 % sRGB está OK para trabajos de diseño, y sirve también para TikTok. 

La mayor tendencia: marcos reducidos. El formato 16:10 crece, con más área útil en vertical —ideal para leer papers—. Y las frecuencias de 90 Hz se generalizan: sutil pero útil, mejora la experiencia userinterface y reduce la fatiga visual. 

Muchos estudiantes ya no toleran impactos visuales: exigimos calidad narrativa, hasta en la pantalla. 

Conectividad: ni un solo puerto extra sin sentido 

El USBC ha triunfado. Casi todos los nuevos portátiles traen doble USBC con Thunderbolt/DisplayPort. Eso permite carga, conexión a monitor externo y transferencia veloz. Han quedado atrás los cables USBA, HDMI y lectores SD. Algunos aún los conservan como nodos nostálgicos, pero el futuro es más… minimalista. 

El WiFi 6E se convierte en útil: maneja conexiones alejadas del router, indispensable en residencias o labs. El Bluetooth 5.3 complementa: mouse inalámbrico, AirPods, etc. Porque no somos nómadas literales, pero sí digitales. 

Teclado y touchpad: detalles de supervivencia 

Un teclado deficiente arruina la experiencia universitaria. Puestos incómodos, jornadas largas y redacción constante exigen teclas con buen recorrido (1,3 mm mínimo), retroiluminación (estudios nocturnos requieren visibilidad), y layout colombiano —con ñ, acentos claros y atajos intuitivos. 

El touchpad ha evolucionado: precisión, tamaño generoso y materiales glasstouch son ya norma. Algunos portátiles integran digitizer o stylus para estudiantes de diseño, pero eso suele subir el precio. La cuestión: si vas a pasar horas redactando, no escatimes. 

Software preinstalado y servicios: entre lo útil y lo intrusivo 

Los fabricantes incluyen suites académicas: antivirus, VPN, office trials… pero también bloatware que sólo entorpece el rendimiento. La nueva tendencia es algo invisible: acuerdos con Universidades y Microsoft. Durante la pandemia, muchos campus ofrecieron Microsoft 365 gratis. Ahora, esa política se afianza: los portátiles llegan con Office legal y actualizaciones educativas. 

Además, algunos modelos incluyen certificados VESA DSPD1 para pantallas antirreflejo, y tecnología de privacidad como Dell SafeScreen o HP SureView: filtros que oscurecen ante una mirada lateral (útil en bibliotecas abarrotadas). 

¿Intrusivo? No tanto. Si lo usan bien, mejora la experiencia del usuario. 

Precios y financiamiento: ¿cómo lo compran los estudiantes? 

Aquí desentona el mercado colombiano: aranceles, importación, IVA… los precios pueden duplicarse respecto a EE. UU. En 2025, hay tres opciones de compra: 

  1. Crédito educativo: bancos ofrecen periodos especiales (hasta 36 meses sin intereses). Requiere historial crediticio y puede incluir seguros. 
  1. Renttoown / Leasing: empresas permiten “rentar” portátiles y al final del contrato queda en propiedad. Suele incluir garantía extendida. 
  1. Compra directa online desde el exterior: con servicios de courier, el ahorro puede ser de hasta 30 % —pero traes un equipo sin garantía local o con escasa atención posventa. 
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La frase paradójica: cuanto más económico, más riesgo. Y a veces, lo barato sale caro en componentes y soporte técnico. 

Segmentos que marcan tendencia 

Ultradelgados premium (Galaxy Book2 Pro, MacBook Air M2) 

Magos del equilibrio: pesan menos de 1,3 kg, ofrecen buen rendimiento, batería hasta 18 h. Pantallas AMOLED o Liquid Retina. Sin embargo, su precio supera los $6 000 000 COP. Para algunos, la inversión está justificada; para otros, sólo un fetiche. 

Convertibles y táctiles (Lenovo Yoga, HP Spectre x360) 

Ocupando nicho creativo: giran 360°, incluyen stylus, pantallas táctiles Full HD/OLED. Ideales para arquitectura o artes plásticas. Precio entre $5–7 millones. Atraen por versatilidad, pero pesan algo más (1,4–1,5 kg). 

Gama media con alma (Dell Inspiron, Acer Swift) 

Son la opción común: procesadores Core i5/Ryzen 5, 512 GB SSD, 8 GB de memoria RAM, batería de 12 h, sin táctil. Usables para todo —menos edición pesada—, su rango de precio es $3–4 millones. La mayoría de universitarios los prefieren por recomendación de familia o amigos. 

Jóvenes y gamers livianos (Asus Vivobook, HP Victus 14) 

Sí, hay portátiles para gaming que encajan en la mochila universitaria. Con GPU RTX 3050/4050, Ryzen 5, pantallas de 120 Hz y peso cercano a 1,6 kg. Ideales para ingenierías con simulaciones o diseño 3D, pero baratos en comparación al mundo gaming serio: $5–6 millones. 

La sostenibilidad como argumento (y no como eslogan) 

Emergen versiones con materiales reciclados: carcasas de aluminio reciclado, teclados de plástico posconsumo, empaques de cartón forestal. HP y Lenovo lideran esa sustentabilidad tangible. 

Pero vamos: no basta con decir bioenvase. La clave es fácil reparación y reciclaje de baterías. La tendencia es crear modelos “modulares” —como Framework en EE. UU.— que permiten reemplazar SSD, RAM o teclado. En Colombia aún no llegan, pero ahí va el viento. 

Reparabilidad y soporte técnico 

Nadie habla de ella hasta que el equipo exige conector nuevo o Windows no arranca. Hay dos realidades: 

  • Equipos importados sin representante oficial: reparar es misión imposible o muy costosa. 
  • Equipos con soporte local: incluyen garantías limitadas (1–2 años) y servicio técnico en ciudades principales. 

La novedad: varios fabricantes ofrecen soporte virtual con técnicos certificados, soporte remoto y delivery para refacciones. Una gran ayuda para estudiantes sin tiempo de buscar kioscos. 

Seguridad de datos y privacidad 

Tema ¿pasado de moda? No del todo. Los campus académicos manejan datos sensibles. Tendencias del mercado: 

  • Lector de huella y cámara IR para Windows Hello. 
  • Cifrado TPM 2.0: no por moda, sino por exigencia nuestras vidas digitales. 
  • Software antiransomware para estudiantes en Ingeniería de Software, finanzas o derecho. 

Nadie quiere perder la Tesis o detalles personales; las brechas duelen más que un mal trabajo. 

Personalización: un reflejo de la identidad estudiantil 

Y aquí viene el toque final: color, logo, diseño. Marcas como Asus Vivobook ofrecen portátiles con cubiertas texturizadas, diseños artísticos limitados —como Vivobook 14X con arte “Starry Purple”—. HP Pavilion llega en “Blossom” y “Golden White”. Algo aparentemente superficial, pero cumple una función psicológica: que el portátil hable de ti aún en clase. 

Personalización también significa elegir modelos con webcam cubierta manualmente o con luces que no perturban las streaming o videollamadas. 

¿Qué modelo elegir según carrera? 

  • Ciencias Sociales y Humanidades: un ultradelgado Core i5/Intel U o Ryzen 5, 8 GB RAM, 512 GB SSD, pantalla 16:10 y batería de al menos 12 h. 
  • Ingenierías y Arquitectura: modelos con GPU dedicada (RTX 3050 o Radeon 7600S), RAM de 16 GB, mejor conectividad y pantallas 120 Hz, mínimo 1,6 kg. 
  • Diseño y artes digitales: pantalla OLED o colorimetría 100 % Adobe RGB, táctil y stylus; RAM 16 GB, SSD de 1 TB. 
  • Ciencias duras y biológicas: necesidades mixtas, apuesta por portátiles robustos, ventilación decente y autonomía. 

En todos los casos: asegúrate de que el vendedor incluya teclado en español y garantía local. 

Mirando al futuro: ¿qué esperan los estudiantes? 

  1. Convergencia posible con IA local: Windows Copilot integrado en portátiles, generando resúmenes o corrigiendo textos mientras estudias. 
  1. Pantallas EInk complementarias: para lectura extendida —equivalente al Kindle, pero integrado. 
  1. Baterías de estado sólido o grafeno: más ligeras y seguras; quizá algo que veremos en 2026–27. 
  1. Diseño ultramodular: Framework o Fairphone para laptops. Aquí lo deseable es importable, reparable y personalizable. 

Conclusión: más allá del portátil 

No se trata solo de máquinas; se trata de pertenencia, salud mental (no cargar kilos), independencia. El portátil es nuestro amplificador de curiosidad y refugio creativo. Si sabes qué quieres —autonomía, peso, pantalla, soporte— y entiendes los riesgos de comprar en el extranjero o modelos baratos, estarás preparado no solo para pasar semestre, sino para transformarlo. 

Preguntas frecuentes: 

¿Vale la pena importar un portátil desde EE.UU. en 2025? 

Puede ahorrar hasta 30 %, pero asumes riesgos: garantía, impuestos, actualización de BIOS regional y servicio técnico local. Solo recomendable si tienes respaldo técnico propio o instaladores de confianza. 

¿Cuál es la vida útil real de mis portátiles universitarios? 

Usualmente 4–5 años si mantienes SSD pero no ROMPES el teclado –literal o figurado–. Modularidad aumenta esa vida útil; equipos no reparables suelen quedar obsoletos más rápido. 

¿Qué opciones de financiamiento son más seguras para estudiantes? 

El crédito educativo con respaldo estatal o leasing con seguros incluidos suelen ser los más sensatos. Comprar con tarjeta a plazos sin garantías específicas es un riesgo —pagas intereses, sin protección en daños o robo. 

Y aquí lo dejo —un viaje que, como la universidad, no termina en una fórmula sino en una decisión informada. El portátil ya no es accesorio: es frontera de tu voz digital. 

Equipo de redacción de Extrategia Medios