¿Por qué es altamente peligroso Fentanilo?
El Fentanilo, es considerado como un analgésico opioide sintético, ha ganado voz por su extrema potencia y los peligros que conlleva su uso. Aunque es recetado en situaciones médicas específicas, su alta potencia lo sitúa en una categoría de riesgo mucho mayor que otros opioides convencionales.
Y, últimamente ha causado revuelo en Colombia al ser utilizado como sustancia psicoactiva. Por ello, cabe saber por qué el Fentanilo se considera tan peligroso.
Potencia extrema: Este opioide es hasta 100 veces más potente que la morfina y supera en efectos a la heroína. Dosis minúsculas pueden desencadenar efectos severos, incluyendo sobredosis y en casos extremos, la muerte.
- Riesgo de sobredosis: Su potencia lo hace un candidato de alto riesgo para sobredosis accidentales, incluso con cantidades diminutas. Las personas pueden subestimar fácilmente una dosis segura, lo que aumenta el peligro de una sobredosis potencialmente letal.
- Depresión respiratoria: Al igual que otros opioides, el fentanilo suprime el sistema respiratorio. Una ingestión excesiva puede ralentizar peligrosamente la respiración, llevando a una detención respiratoria y consecuencias fatales.
- Dificultad en la administración de dosis: Debido a su intensidad, medir y administrar dosis precisas de fentanilo se torna complicado. Pequeñas variaciones en la cantidad pueden tener efectos drásticamente diferentes, aumentando el riesgo de intoxicación o sobredosis.
- Detección desafiante: El fentanilo puede mezclarse fácilmente con otras sustancias, como la heroína, sin ser detectado. Los usuarios podrían consumir fentanilo sin ser conscientes de ello, elevando aún más la amenaza de sobredosis.
- Adicción y dependencia: Como otros opioides, el fentanilo puede ser altamente adictivo. El uso continuo puede llevar a una tolerancia creciente, exigiendo dosis más altas para aliviar el dolor, lo que incrementa el riesgo de sobredosis.
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Así las cosas, es esencial que su uso se someta a una supervisión estricta de profesionales de la salud y que sigan las directrices médicas al pie de la letra para mitigar los riesgos involucrados.
Su alta potencia lo sitúa en una categoría de riesgo mucho mayor que otros opioides convencionales.
