El 78 % de las incapacidades de docentes en el país se registran en Bogotá. Así lo determinó un informe realizado por Proservanda SG-SST, Institución Prestadora de Servicios (IPS) que califica la pérdida laboral en el magisterio. Los trastornos mixtos de ansiedad y depresión ocupan el segundo lugar, con 26.927 días de incapacidad, entre los meses de enero y octubre del año 2022, que corresponden a 74 años.

Celio Nieves, concejal del partido Polo Democrático, quien ha sido gestor del debate de control político en torno a los factores de riesgo psicosocial en docentes y directivos del Distrito, habló con EL NUEVO SIGLO sobre el panorama actual en materia de garantías de salud mental para las y los docentes de Bogotá.

Según la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo, los riesgos psicosociales se derivan de las deficiencias en el diseño, la organización y la gestión del trabajo, así como de un escaso contexto social del trabajo.

Asimismo, la Organización Panamericana de la Salud considera al sitio de trabajo como un entorno prioritario para la promoción de la salud en el siglo XXI.

“Un entorno laboral saludable es esencial, no solo para lograr la salud de los trabajadores en general y los docentes en particular; también aporta de manera positiva a la productividad, la motivación laboral, el espíritu de trabajo, la satisfacción en el trabajo y la calidad de vida general, es un recurso primordial para el desarrollo social, económico y personal”, explica el cabildante.

Los docentes están expuestos a diferentes factores de estrés que se pueden convertir en riesgos psicosociales laborales. El concejal Nieves señaló algunos de los factores referidos por los docentes:

Estrés laboral o Síndrome Burnout, sobrecarga laboral, número de estudiantes por curso, relaciones con los alumnos y/o sus familias, limitación de material y equipos de trabajo, falta de apoyo interinstitucional, distancia entre el hogar y lugar de trabajo, la calidad en la atención en salud, déficit en el Plan de Bienestar Docente y barreras para los ascensos docentes.

En este sentido, Nieves enfatiza en que el vínculo alumno-profesor es el principal soporte sobre el que se sustenta el conocimiento académico y parte fundamental del desarrollo integral de los estudiantes, tanto en el ámbito educativo como en el personal.

“Cuando la salud mental del docente se afecta, como consecuencia se afectan también los procesos de aprendizaje, el desarrollo emocional, la conexión afectiva y la motivación del alumnado en diferentes niveles”, sostuvo el cabildante.“En teoría, actualmente todas las entidades y empresas cuentan con la batería de riesgo psicosocial como herramienta para identificar signos de alerta y tomar acciones de mejoramiento. Esta batería debería mostrar mediciones, con un plazo máximo de dos años. Sin embargo, y a pesar de que desde el 2019 se decretó la obligatoriedad de medir esta batería, veo con mucha preocupación que la Fiduprevisora no ha realizado ni siquiera la primera medición, y el balance que hizo la Secretaría de Educación muestra que a diciembre de 2022 solo se había encuestado al 51,13 % de los docentes y directivos”, denunció el cabildante.

Los docentes están expuestos a diferentes factores de estrés que se pueden convertir en riesgos psicosociales laborales.

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