Enfermedades Mentales: Una Epidemia Silenciosa

En Colombia se calcula que el 40% de la población padece o han padecido algunas de estas patologías por la historia de la violencia y la desigualdad social.

Fotografía/Cortesía/RevistaSemana.

ZIPAQUIRÁ, CUNDINAMARCA.

*Ángela Moreno.

Cuando hablamos de enfermedades la gran mayoría de las veces las relacionamos con algún malestar físico, una señal que aparece en el cuerpo a manera de dolor, picazón, adormecimiento, señales que se pueden observar y medir con un examen, con un laboratorio o con ayuda de imágenes diagnósticas. Sin embargo, hay un grupo de enfermedades que dan señales que no se pueden medir tan fácilmente y que muchas veces pasamos por alto, ya sea por desconocimiento, por vergüenza o porque no les prestamos la importancia que merecen; aun así, son mucho más comunes de lo que imaginamos: Son las enfermedades mentales.

Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades mentales se caracterizan “por una combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción, las emociones, la conducta y las relaciones con los demás”. Entre las enfermedades mentales más comunes en el mundo y en nuestro país están la depresión, la ansiedad, el estrés post traumático, la bipolaridad, la esquizofrenia, trastornos de alimentación (anorexia-bulimia), déficit de atención e hiperactividad, autismo, la drogadicción y el alcoholismo.

Algunas de ellas tienen un componente genético heredándose de padres a hijos, otras pueden aparecer debido a una enfermedad física, pero muchas de ellas se desencadenan por factores sociales o incluso por una combinación de las tres. Se calcula que en el mundo cerca del 25% de las personas padecen o han padecido algún tipo de enfermedad mental durante su vida. En Colombia la estimación está en un 40%, posiblemente por la historia de violencia y la desigualdad social que nos precede.

Si bien este porcentaje en nuestro país puede ser escandaloso, se sabe que puede haber muchas más personas padeciendo una enfermedad mental sin que lo reconozcan o que por vergüenza o miedo no consultan. Aún en las conversaciones diarias se escucha que el psiquiatra o psicólogo solo es para los “locos”, que superar una depresión solo es cuestión de “tener voluntad”, que la ansiedad es por querer “llamar la atención”, que si hay déficit de atención e hiperactividad es por  ser “malcriado”, o que si se tiene esquizofrenia es porque le “hicieron brujería”, y éstas ideas equivocadas solo pueden hacer que la persona abandone o retrase un tratamiento adecuado, lo que termina empeorando su condición e incluso llevando al suicidio.

Según datos del Instituto Nacional de Salud, al año en Colombia cerca de 30.000 personas intentan suicidarse, y de éstas, 9 de cada 10 tiene una enfermedad mental de base.

En resumidas cuentas, las enfermedades mentales son mucho más comunes de lo que creemos, y como pasa con cualquier otra enfermedad, la mayoría se puede prevenir y controlar a tiempo al consultar a un médico o terapeuta profesional. Es importante comenzar a crear una cultura y educación, especialmente desde la infancia, en donde se brinden herramientas para el manejo de las emociones y resolución de conflictos. Por eso la invitación siempre será a buscar información al respecto, eso sí, de fuentes confiables: Libros, talleres, consultas de salud, e incluso documentales, videos y artículos en internet pueden dar información y herramientas valiosas para poder mejorar nuestra salud mental y emocional.

Sanar Alternativamente, es un equipo de profesionales en salud que brindamos alternativas diferentes para que cada persona pueda obtener el bienestar físico, mental y emocional que necesite. Para más información comunicarse al 3102381588 o escribir al correo [email protected]

*Médico Cirujana de la Universidad Nacional de Colombia.

Diplomada y Especialista en Medicina Alternativa de la Universidad del Rosario y Universidad Juan N. Corpas.

Las enfermedades mentales son mucho más comunes de lo que creemos, y como pasa con cualquier otra enfermedad, la mayoría se puede prevenir y controlar a tiempo.