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El sorprendente hallazgo en Cundinamarca que podría salvar las rosas

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Colombia es el segundo mayor exportador de flores en el mundo y, dentro de este mercado, las rosas ocupan un lugar privilegiado. Sin embargo, hay una amenaza diminuta pero devastadora que pone en jaque esta industria: los trips o arañuelas, insectos que chupan la savia de las plantas hasta debilitarlas por completo. La solución tradicional ha sido el uso de plaguicidas químicos, pero estos pueden perder efectividad con el tiempo y afectar el equilibrio del ecosistema.

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Ante este desafío, un descubrimiento en Subachoque (Cundinamarca) podría marcar un antes y un después en el control de estas plagas. El investigador Juan Carlos Valencia Polanco, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), descubrió que tres especies de ácaros encontrados en la región podrían reducir hasta en un 70 % la presencia de estos insectos perjudiciales, convirtiéndose en una alternativa biológica más amigable con el ambiente y la economía de los floricultores.

Los ácaros, aunque invisibles a simple vista, desempeñan un rol crucial en el ecosistema del suelo. En el estudio se identificaron tres especies con alto potencial para combatir los trips: Gaeolaelaps aculeifer, Macrocheles robustulus y Parasitus bituberosus. Se analizó cuál era la mejor dieta para su reproducción y, tras probar con diferentes opciones, se determinó que una alimentación basada en gusanos Rhabditella axei incrementaba su población en un 30 a 50 %.

El siguiente paso fue trasladar los ácaros a cultivos experimentales de fríjol, una planta que permite observar con facilidad los efectos de la plaga. Luego de aplicar diferentes tratamientos, Parasitus bituberosus logró reducir la plaga en un 74 %, mientras que las otras especies alcanzaron disminuciones cercanas al 50 %.

Estos resultados respaldan la idea de que los ácaros pueden ser depredadores eficaces de los trips, sin necesidad de recurrir a productos químicos.

Para llevar este hallazgo a la realidad, se liberaron ácaros en cultivos de rosas en Subachoque, una zona conocida por sus flores. Se observó que Gaeolaelaps aculeifer y Macrocheles robustulus lograron adaptarse y sobrevivir en el suelo del cultivo, lo que los hace candidatos ideales para futuros programas de control biológico.

Con el apoyo de los profesores Diana Marcela Rueda Ramírez y Augusto Ramírez Godoy, esta investigación podría abrir la puerta a un cambio en la forma en que los floricultores colombianos protegen sus cultivos.

Si se implementa a mayor escala, el uso de ácaros podría convertirse en una solución sostenible que no solo protege la belleza y calidad de las rosas colombianas, sino que también cuida el medioambiente y la economía de quienes las cultivan.

La solución tradicional ha sido el uso de plaguicidas químicos, pero estos pueden perder efectividad con el tiempo y afectar el equilibrio del ecosistema.

Foto portada y otras: Imágenes de referencia. Tomadas de Agencia UNAL.

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