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Comunidad Nueva Esperanza: uno de los hallazgos arqueológicos más grandes de la región

Hace varios años, al sur de Soacha, arqueólogos descubrieron la comunidad de Nueva Esperanza, una de las aldeas indígenas más grandes. El descubrimiento se dio porque iban a construir una subestación eléctrica.

Los arqueólogos encontraron restos de casas, tumbas, miles de objetos y varios lugares sagrados, los cuales pertenecieron a una sociedad la cual estuvo asentada en la región desde el año 400 a.C hasta el 1600 d.C.

 En la última etapa de investigación, en un área de 14 hectáreas, denominada sector TCE, se hallaron 16 toneladas de material arqueológico, compuesto de restos óseos, vasijas, piezas de oro y material lítico; dicho descubrimiento despertó dudas sobre los miembros de la comunidad y su comportamiento y forma de habitar la región.

Dentro de lo que se sabe, la comunidad de Nueva Esperanza se componía de agricultores, artesanos y comerciantes, uno de sus principales productos de comercio eran las mantas de algodón, las cuales intercambiaban con otras poblaciones de Cundinamarca, para así obtener alimentos y materias primas que no se daban en la zona.

Sebastián Rivas, director del Museo Arqueológico Nueva Esperanza (MANE), comentó: “sabemos que eran comerciantes y también sabemos que eran unas personas muy espirituales, ya que hemos encontrado muchísimas evidencias del desarrollo de rituales no solamente funerarios, sino también de ofrendas que dedicaban a los dioses”.

Los hallazgos también muestran el rol de las mujeres en la comunidad, pues las figuras femeninas dan cuenta de labores reproductivas y simbólico/religiosas, sin embargo, este rol fue más preponderante durante el Periodo Herrera (400 a.C – 200 d.C).

“Aún nos queda mucho trabajo para desarrollar y eso también hay que tenerlo presente porque en apenas diez años que hemos estado estudiando esto, hemos resuelto preguntas importantes. Sin embargo, cada vez que resolvemos una, surgen otras dos más, lo cual va a abriendo más líneas de trabajo que deben ser sometidas a investigación. Como no hemos terminado de analizarlo todo, vamos a poder generar más conocimiento, que se irá adaptando a los nuevos paradigmas, a los cambios tecnológicos que permiten desarrollar nuevas interpretaciones y estudios”, comenta Rivas.

Según los expertos, ya se han analizado cerca del 40% de las evidencias arqueológicas encontradas, el 60% restante podría dar más respuestas acerca de la población de Nueva Esperanza, además, existe la posibilidad de encontrar más hallazgos, sin embargo, para realizar nuevas excavaciones se necesitan los permisos del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH).

La comunidad Nueva Esperanza se componía de agricultores, artesanos y comerciantes, uno de sus principales productos eran las mantas de algodón, las cuales intercambiaban con otras poblaciones de Cundinamarca.

Foto portada y otra: imágenes de referencia.

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