Una firme respuesta técnica y administrativa dio el director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), Alfred Ignacio Ballesteros Alarcón, a la propuesta hecha por el presidente Gustavo Petro Urrego de utilizar el embalse de El Neusa como fuente para ampliar la oferta de agua hacia los municipios de Sabana Occidente, y eventualmente aliviar la presión hídrica sobre Bogotá. La conclusión es tajante: la propuesta es inviable.
Las declaraciones del jefe de Estado fueron emitidas durante la presentación del proyecto Regiotram de Occidente, donde sugirió revisar alternativas hídricas para garantizar el abastecimiento en el futuro próximo. Sin embargo, el pronunciamiento generó una respuesta inmediata por parte del director de la CAR, quien desglosó con claridad las tres razones técnicas que imposibilitan la ejecución de dicha iniciativa.
1. Capacidad limitada del embalse
Ballesteros explicó que El Neusa es uno de los embalses más pequeños del país en capacidad de regulación, con tan solo 102 millones de metros cúbicos de almacenamiento, lo cual lo convierte en un sistema insuficiente para asumir nuevas cargas de distribución. Su escala no corresponde con la magnitud de la demanda hídrica que implicaría abastecer a Sabana Occidente o Bogotá.
2. Lento llenado por fuentes de bajo caudal
El segundo argumento es aún más preocupante. El Neusa tiene un sistema de llenado extremadamente lento, debido a que se alimenta de fuentes hídricas y tributarios de bajo caudal, lo que hace que su recuperación de niveles tarde meses. Esto significa que no tiene capacidad para descargas adicionales a las que ya realiza actualmente, sin poner en riesgo el abastecimiento local.
3.Uso actual: Zipaquirá, Nemocón, Cogua y 50 acueductos veredales
Por último, el director enfatizó que el embalse ya cumple una función vital para el suministro de agua en su zona de influencia. Más de 50 acueductos rurales y los municipios de Zipaquirá, Nemocón y Cogua dependen directamente del sistema, lo que convierte cualquier intento de redireccionamiento del recurso en una amenaza directa al abastecimiento de estas comunidades.
Desde la CAR Cundinamarca estamos haciendo una inversión importante para recuperar la capacidad del embalse de El Neusa, pero no será para otorgarle agua a Sabana
puntualizó Ballesteros.
Occidente, ni a Bogotá, ni a ningún otro municipio.
Y de eso pueden estar tranquilos los habitantes
del área de influencia
Un mensaje claro ante el debate ambiental y político
La posición de la CAR no solo marca un límite técnico, sino que también lanza un mensaje de autonomía frente a decisiones nacionales que podrían comprometer la seguridad hídrica regional. La gestión del agua en tiempos de crisis climática exige rigurosidad técnica, más allá de las intenciones políticas.
La respuesta ha generado eco en las comunidades que dependen del Neusa, especialmente en el norte de Cundinamarca, donde la preocupación por la sostenibilidad de sus fuentes hídricas crece en medio del fenómeno de El Niño y las presiones urbanas sobre los ecosistemas.
El Neusa es uno de los embalses más pequeños del país,
con solo 102 millones de m³ de capacidad.