Se elimina desincentivo al consumo de agua: impacto en Bogotá y municipios vecinos
Desde el pasado 25 de noviembre, la medida de desincentivo al consumo excesivo de agua dejó de aplicarse en Bogotá y en algunos municipios vecinos, según lo dispuesto en la Resolución CRA 1080 de 2024. Este desincentivo había sido implementado como parte de la regulación para fomentar un uso más consciente del recurso durante la sequía que afectó a la región.
En octubre de 2024, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) aplicó la medida a 29.638 usuarios, de los cuales 28.729 residen en Bogotá y 751 en Soacha. Entre estos, los estratos 2 y 3 fueron los más afectados, representando el 30,8 % y 30,5 % de los usuarios que superaron el límite de 44 metros cúbicos de consumo mensual.
En el caso de Zipaquirá, aunque Empresas Públicas de Zipaquirá (EPZ) opera como un acueducto independiente que abastece a Zipaquirá, Cogua y Nemocón, un grupo de 226 usuarios del sector ‘Entrelomas Bosque Residencial’, ubicado en jurisdicción zipaquireña, recibió suministro de la EAAB debido a la ubicación de las tuberías que conectan con esta zona de la Sabana.
El desincentivo establecía un cobro adicional por metro cúbico consumido en exceso, que oscilaba entre $3.484,13 y $3.488,11 para usuarios en Bogotá y valores menores para Gachancipá y Zipaquirá. Durante el periodo de julio a octubre, se recaudaron $4.129 millones que, de acuerdo con la normativa, fueron destinados al Fondo Nacional Ambiental (FONAM), administrado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Con la eliminación de esta medida, las facturas emitidas después del 25 de noviembre ya no incluirán el recargo, lo que beneficia a los usuarios que históricamente superaban el consumo promedio. Sin embargo, expertos recalcan la importancia de seguir promoviendo prácticas responsables en el uso del agua para garantizar la sostenibilidad del recurso en el largo plazo.
Esta decisión, que impacta tanto a Bogotá como a zonas aledañas, es vista como un avance para equilibrar los costos en el suministro y reforzar la eficiencia en el manejo del agua potable, clave para enfrentar la creciente variabilidad climática.
Este desincentivo había sido implementado como parte de la regulación para fomentar un uso más consciente del recurso durante la sequía que afectó a la región.