
Prevenir incendios forestales: Un llamado urgente para proteger los ecosistemas
Los recientes siniestros registrados en municipios como Tabio y Chía, así como en los Cerros Orientales de Bogotá, han puesto en evidencia el impacto de acciones humanas irresponsables como las quemas, hogueras o fogatas en áreas naturales.
Informes de las autoridades indican que estas prácticas, además de estar expresamente prohibidas, pueden tener consecuencias desastrosas para los ecosistemas. Entre los efectos más preocupantes está la pérdida de biodiversidad, la destrucción de suelos y el deterioro de servicios ambientales esenciales. En este contexto, las instituciones hacen un llamado contundente a la comunidad para abstenerse de estas actividades y respetar las normativas vigentes, que contemplan severas sanciones económicas.
De acuerdo con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), el altiplano cundiboyacense enfrenta una temporada marcada por escasas precipitaciones y altas temperaturas matutinas, condiciones que propician la resequedad del suelo y la vegetación, aumentando significativamente el riesgo de incendios. Esta situación exige medidas preventivas tanto por parte de las autoridades como de la ciudadanía.
Una de las recomendaciones clave emitidas por los expertos es evitar el uso de materiales inflamables como vidrios o colillas de cigarrillo en espacios naturales, ya que estos pueden desencadenar incendios con facilidad. Asimismo, se recalca que las denominadas “quemas controladas” no son viables, especialmente durante la temporada seca, dado que incluso pequeñas intervenciones pueden salirse de control y generar grandes desastres ecológicos.
En cuanto a las sanciones, las multas pueden alcanzar hasta mil salarios mínimos mensuales vigentes, y en casos donde se afecten ecosistemas estratégicos, como los Cerros Orientales en Bogotá; las acciones podrían derivar en investigaciones penales por parte de la Fiscalía General de la Nación.
Estas disposiciones, de acuerdo con la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y su director Alfred Ignacio Ballesteros Alarcón, buscan garantizar la protección de las áreas protegidas y la sostenibilidad ambiental de la región.
Sanciones de hasta mil salarios mínimos y procesos penales por afectar áreas protegidas.