Hace mucho, la tradición navideña se transformó, ahora las festividades no pertenecen necesariamente a un riguroso rito religioso, el “rito” se modificó en prácticas, gestos, y costumbres que giran en torno a la reunión del buñuelo, la natilla, los regalos, y por supuesto la acompañante en toda celebración, el alcohol.

Diciembre es un mes vivido con intensidad, resurgen sentimientos atrapados en el olvido y las ocupaciones de los once meses anteriores, los excesos visten sus mejores trajes, sobre todo, a la hora de ingerir alcohol. El problema viene después, cuando la “resaca” o el “guayabo” hace de las suyas.

Aquí las fases de la resaca:

  1. Castigo: Su cuerpo está deshidratado e intoxicado con el ACETALDEHÍDO (Un compuesto orgánico, residuo del alcohol).
  2. Arrepentimiento: Su mente le aconseja no vuelve a ingerir licor, mientras usted desea beber un vaso con agua y hielo.
  3. Penitencia: Su organismo lucha por desintoxicarse, con una botella de líquido rehidratante en las manos.
  4. Misericordia: Usted le agradece al cielo porque gracias al reposo y la comida ligera, los niveles de etanal comienzan a disminuir.
  5. Perdón: Han pasado de 8 a 24 horas y su cuerpo se ha recuperado por completo.
  6. Olvido: Recibe un mensaje con una considerada invitación para celebrar cualquier motivo, usted la acepta.

¿Se sintió plenamente identificado?, si es así, ¿Fue por un caso propio o uno cercano?

Consuma alcohol con responsabilidad.

Foto de portada: Laura Tancredi en Pexels. 

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