Con la llegada de la Navidad, comienza la tradición de armar pesebres, un momento especial para reunir a las familias. Sin embargo, esta práctica puede tener un impacto ambiental significativo si se utilizan materiales naturales como el musgo, una especie importante para los ecosistemas.
El musgo es un elemento del paisaje, dado que tiene la extraordinaria capacidad de absorber hasta 20 veces su peso en agua, lo que lo convierte en un regulador esencial en épocas de sequía. Además, ayuda a prevenir la erosión del suelo y contribuye al equilibrio de los ecosistemas. No obstante, su extracción pone en peligro su regeneración, que puede tardar hasta siete años, y afecta negativamente el ciclo del agua en varias regiones del país.
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En Colombia, extraer, comercializar o utilizar musgo y especies asociadas como líquenes, lamas o quiches es una práctica sancionada por la ley, con multas y posibles consecuencias penales.
Para celebrar esta Navidad sin dañar los ecosistemas, usted puede optar por materiales sostenibles como aserrín, césped artificial, cáscara de amero, papel reciclado o fibra de coco, alternativas más responsables y que fomentan la creatividad en la decoración.
Cuando usted protege la biodiversidad, también asegura el bienestar de generaciones futuras.
Esta Navidad, convierta la tradición en una oportunidad para cuidar el planeta. Deje el musgo en su lugar y marque la diferencia.