La tierra no ha dejado de hablar en el oriente de Cundinamarca. Desde el pasado domingo, cuando un sismo de 6.5 sacudió la región, los municipios de Paratebueno y Medina han sido escenario de nuevos movimientos que alteran el sueño y la estabilidad de sus habitantes. Los temblores no han sido tan fuertes, pero sí lo bastante cercanos y seguidos como para que el miedo se instale en lo cotidiano. La montaña cruje y la gente espera respuestas.
Nuevo sismo en Cundinamarca:
Durante la madrugada de este miércoles 11 de junio, el Servicio Geológico Colombiano confirmó dos nuevos sismos. El primero, a las 03:04 a. m., tuvo epicentro en Medina y una magnitud de 3.4, con profundidad superficial.
Nueve minutos después, a las 03:13 a. m., otro movimiento de 3.1 sacudió Paratebueno. Aunque este último no fue percibido con fuerza en Bogotá, en las zonas afectadas activó nuevamente la preocupación.
Los estragos del sismo del 8 de junio siguen a la vista: en Paratebueno se reportan al menos 250 viviendas dañadas y en Medina más de 100. En Santa Cecilia, uno de los centros poblados más afectados, el 85 % de las estructuras quedó inhabitable. Las familias desplazadas han sido trasladadas a albergues improvisados, mientras los daños en colegios, iglesias y casas continúan siendo evaluados.
“El sismo desestabilizó una parte de la montaña y se ha llevado ya varias casas”, declaró el alcalde de Paratebueno, Beto Noreña. En medio del panorama desolador, el gobernador Jorge Rey confirmó que se están haciendo censos y que se evalúa la entrega de subsidios de arriendo. Sin embargo, en terreno lo que más se necesita ahora son alimentos infantiles, medicamentos y colchonetas.
La comunidad permanece alerta ante nuevas réplicas. La infraestructura, ya debilitada, agrava el riesgo. Además, se han identificado al menos cinco puntos críticos en la vía nacional administrada por Covioriente. Las autoridades mantienen monitoreo constante, pero la sensación de incertidumbre no desaparece.
En esta región del país, lo urgente y lo importante van de la mano: reconstruir, pero también acompañar.