La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), en coordinación con la Policía Nacional, ordenó la suspensión inmediata de una curtiembre ubicada en la vereda Chingacío del municipio de Chocontá. La medida se tomó tras evidenciar, en flagrancia, el vertimiento directo de aguas contaminadas al río Bogotá, provenientes del proceso de curtido de pieles sin tratamiento previo y sin los permisos ambientales requeridos.
Durante la inspección, liderada por la Unidad Integrada de Gobernabilidad Ambiental (UIGA) de la CAR, se encontró un bombo con 18 pieles en proceso de curtido, así como el descargue activo de aguas residuales directamente al afluente. El laboratorio ambiental de la CAR realizó análisis de las muestras, cuyos resultados superaron los límites permitidos por la normativa ambiental vigente.
Hallazgos comprometedores en el lugar de la infracción
En el sitio también se hallaron 19 pieles en proceso de Wet Blue —una técnica que utiliza pegamento para tuberías de PVC de color azul—, 38 pieles terminadas listas para comercializar, maquinaria especializada, 13 lonas con viruta y aserrín, y residuos peligrosos dispuestos de manera inadecuada sobre el suelo. Entre estos residuos se encontraron lodos activados, envases con químicos y ácido contaminado con restos del proceso de descarne.
Impacto severo en el río Bogotá y otros recursos naturales
Según el informe técnico del equipo UIGA, además del daño directo al río Bogotá, se evidenció un fuerte impacto en la biodiversidad acuática. La contaminación ha generado la muerte de organismos, alteraciones en la cadena alimentaria y afectaciones colaterales a actividades económicas como la pesca, la acuicultura y el uso recreativo del agua.
“El vertimiento de aguas contaminadas con químicos también genera acumulación de metales pesados y compuestos tóxicos en el suelo. Esto representa un riesgo para la salud humana por exposición directa a sustancias peligrosas, así como por la posible absorción de contaminantes por cultivos alimentarios”, explicó Alfred Ignacio Ballesteros, director general de la Corporación.
Sanciones ejemplares a los infractores
La CAR advirtió que, además de la suspensión inmediata de los vertimientos, se impondrán las sanciones correspondientes conforme a la normatividad ambiental. “No cederemos en la aplicación de las sanciones, multas y medidas que sean necesarias para evitar que después de tantos esfuerzos por la recuperación del río Bogotá, algunos curtidores incumplan la normatividad ambiental”, enfatizó Ballesteros.
La acción fue liderada por la UIGA, una unidad especializada de la CAR que trabaja en articulación con el equipo técnico de la Dirección Regional Almeidas y Guatavita, así como con la fuerza pública.
La curtiembre almacenaba residuos tóxicos y maquinaria en condiciones irregulares.