Un informe de la Universidad de Naciones Unidas (UNU) advierte sobre el riesgo de coextinciones que se están generando en todo el planeta y que están provocando la desaparición completa de especies. Entre los animales que se están viendo afectados por este fenómeno se encuentran las tortugas de tierra, una de las especies más antiguas del planeta.
En el caso de la tortuga, se pudo evidenciar que esta no es solo habitante de su hábitat, sino también su arquitecto, excavando madrigueras que permiten la proliferación de su especie, en las que esconden sus huevos y posteriormente los crían. Así como en el caso de la tortuga de tierra, otras especies también tienen una relación directa con el ecosistema, entre ellas anfibios de gran tamaño o pequeños insectos.
Así pues, especies como la rana sevosa, que se considera especie en peligro crítico, podrían desaparecer si las tortugas de tierra desaparecen, ya que dependen de ellas para tener un refugio y sobrevivir.
Imagen de referencia Tortuga Terrestre
¿Cómo afectan los humanos a esta problemática?
La ONU afirma que las actividades industriales y relacionadas con la mala distribución de los desechos están favoreciendo el cambio en el suelo terrestre. Además, el cambio climático y la contaminación están acelerando la extinción de estas especies cien veces más rápido, por lo cual estas especies están pasando de estado vulnerable a crítico.
Según datos de la ONU, en 100 años se han perdido 400 especies de vertebrados, siendo este proceso parte de las extinciones aceleradas entre seis “puntos de inflexión” interconectados.
Estos “puntos de inflexión” hacen referencia a puntos temporales en los que los ecosistemas están en riesgo y la humanidad no puede amortiguar los riesgos, dejando de funcionar.
Colapso ecosistémico
Casi un millón de especies de animales y flora están siendo amenazados por el “efecto dominó” de la extinción de otras especies, lo que ha alterado las funciones ecológicas vitales de los ecosistemas, afectándose principalmente las intrincadas redes de conexiones entre las distintas especies.
Por ejemplo, si desaparece la nutria marina, las repercusiones podrían llegar a afectar la desaparición de algas, y otras 1000 especies como tiburones, focas, ballenas y aves se podrán ver afectadas.
¿Hay solución?
Para abordar la crisis es necesario que, al reconocer la interconexión entre las especies, se vinculen esfuerzos de conservación. Desde Naciones Unidas se impulsa la aplicación del Plan de Biodiversidad adoptado en 2022, que contiene pasos a seguir para detener e invertir esta pérdida masiva de especies y ecosistemas.
Uno de los puntos más importantes de la propuesta es la reducción de hasta 10 veces la tasa de extinción de todas las especies amenazadas, en especial de especies autóctonas de ciertos hábitats y que se encuentran en el centro de las redes de supervivencia de otras especies.
“Aunque las estrategias de adaptación, como la restauración y protección de corredores verdes entre hábitats animales, ofrecen cierto respiro, sigue siendo crucial abordar los factores subyacentes de la extinción, porque este objetivo no podrá alcanzarse mientras corramos el riesgo de acelerar las extinciones”, afirmó Zita Sebesvari, directora adjunta del Instituto de Medio Ambiente y Seguridad Humana de la UNU (UNU-EHS).
De esta forma, Naciones Unidas afirma que detener las extinciones y coextinciones es la única forma realista para evitar una pérdida masiva de biodiversidad, meta que involucra a todos los pueblos y naciones, ya que los ecosistemas y especies nos pertenecen a todos.
Si desaparece la nutria marina, las repercusiones podrían llegar a afectar la desaparición de algas, y otras 1000 especies