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El asno criollo colombiano, un símbolo del campo y la tradición rural, está en peligro de desaparecer. Este animal, conocido por su fortaleza y adaptabilidad, fue esencial para las labores agrícolas y el transporte en las zonas rurales. Sin embargo, la modernización y el comercio ilegal de su piel para usos medicinales han llevado a una disminución drástica de su población.

Según datos oficiales, en 1995 había más de 319.000 asnos en Colombia, pero en 2013 esa cifra se redujo a solo 63.000. Hoy, no existe un inventario actualizado que permita conocer con certeza el estado de esta especie.

La Universidad Nacional de Colombia (UNAL), en conjunto con la Universidad de Sucre, ha liderado investigaciones que resaltan la importancia genética y funcional del burro criollo. Por ejemplo, estudios recientes han identificado su resistencia a condiciones extremas y su diversidad genética, comparable con otras razas criollas de América Latina.

Además, se ha determinado que esta especie, originaria de África y traída a América por los colonizadores españoles, posee características únicas como una longevidad promedio de 18 años y una notable capacidad para trabajos de carga y tracción en el campo.

A pesar del abandono institucional y la falta de estudios, iniciativas como el análisis de ADN mitocondrial buscan garantizar su conservación. Estas investigaciones no solo revelan su origen y adaptabilidad, sino que también ofrecen herramientas para implementar programas de reproducción que protejan este patrimonio en peligro.

La protección del asno criollo colombiano es un llamado urgente a preservar nuestra biodiversidad y valorar un legado cultural que ha acompañado a generaciones de campesinos en sus labores diarias.

Hoy, no existe un inventario actualizado que permita conocer con certeza el estado de esta especie.

Foto portada y otra: Imágenes que hacen alusión a la noticia. Autoría: UNAL.

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