Alfredo GutiƩrrez Vital: Rey de Reyes
Por: Guillermo Romero Salamanca
—Alfredo, ĀæA usted le gustarĆa ser clonado?—
–āCon dos mujeres la vida es dichosa
aunque alguna de las dos revienta
si la una se pone rabiosa
la otra se pone contentaā.–
Alfredo GutiĆ©rrez es un ser extremadamente sentimental, llora con la inocencia de un niƱo, se muere por el queso costeƱo, se derrite por la sonrisa de una mujer, alega por cuestiones de mĆŗsica, discute por la polĆtica, salta por los goles de la selección de fĆŗtbol, le compone a sus amores y se muere por un acordeón.
Es un hombre de historia. Sus primeros aƱos de vida artĆstica los dejó plasmados en el libro āColombia Musicalā de Discos Fuentes:
āPor allĆ” por los aƱos 58 y 59, despuĆ©s de la muerte de mi papĆ”, estaba yo niƱo todavĆa, pero acababa de venir desempacado de Venezuela donde tenĆamos un conjunto: Los AutĆ©nticos Vallenatos, y con Ć©l habĆamos grabado y tambiĆ©n en Ecuador, pero esos discos no eran conocidos aquĆ en Colombiaā.
āEra la mĆŗsica de AnĆbal VelĆ”squez la que pegaba entonces, y el viejo āToƱoā Fuentes oyó decir que allĆ” en las corralejas de las sabanas de BolĆvar habĆa un muchacho que tenĆa tanta rapidez en las manos para ejecutar el acordeón, como AnĆbal VelĆ”squez. Fue asĆ como me llevaron a Discos Fuentes para que, cantando Calixto Ochoa y CĆ©sar Castro, grabĆ”ramos una serie de temas con el fin de contener esa āola velasquistaā que existĆa. Y al viejo ToƱo le gustó tanto mi manera de ejecutar y le encantó tanto un porro mĆo, āMajagualā y por el otro, āLa Ombligonaā de Calixto. DespuĆ©s del Ć©xito de ese disco vino āEl Jilgueritoā, āLa Paloma Guarumeraā, āAna Feliciaā, hasta que formamos el grupo Los Corraleros de Majagualā.
Cuando Alfredo GutiĆ©rrez llegó a MedellĆn escasamente tenĆa 14 aƱos. TodavĆa con sandalias y traje campesino, pero con el deseo de convertirse en un gran artista. Nació el 17 de abril de 1944 en Paloquemao, Sucre, pero su fama la conquistó por toda Colombia.
De niƱo habĆa recorrido buena parte del paĆs cantando al lado de los compositores Hugo GutiĆ©rrez y Arnulfo BriceƱo.
Alfredo vivió la primera etapa de Los Corraleros de Majagual. Al lado de mĆŗsicos inmortales como Calixto Ochoa, Edilberto BenĆtez, āChicoā Cervantes, Neil BenĆtez, Lucho PĆ©rez, TomĆ”s BenĆtez, Mario LondoƱo, Gilberto BenĆtez, Carmelo Barraza y Eliseo Herrera dejaron una marca difĆcil de superar en grabaciones, presentaciones y trayectoria.
—Si tuviera al frente a Amparo Grisales, ĀæquĆ© le dirĆa?—
–Anhelos tengo de verte vida mĆa
anhelos de sentirte cerca de mĆ
anhelos de besarte noche y dĆa
y es que mi amor sólo existe para ti.–
Y asĆ como posee el prodigio de la rapidez de sus dedos para desplazarse por el acordeón y ser coronado campeón mundial es un hĆ”bil compositor que en segundos puede escribir un tema y en milĆ©simas sacarle la mĆŗsica. En cada presentación lleva una docena de acordeones para encontrarle el tono preciso. āMi estilo es polifacĆ©tico, pero bĆ”sicamente hay una esencia muy mĆa. Digamos que yo no me conformo con tocar un solo son, porque si se escucha un vallenato de Ć©stos de ahora se notarĆ” que muchos pasajes del acordeón se parecen, e incluso, unos conjuntos con los otros se parecen en su estilo y hasta los cantantes entonan casi las mismas vocesā, explicó en una oportunidad para una entrevista para Discos Fuentes.
–ĀæQuĆ© significa el acordeón para Alfredo GutiĆ©rrez?—
–Un amor viejo no se olvida
un amor viejo es la verdĆ”
un amor viejo es en la vida
toda la felicidad.–
Siempre ha ido mĆ”s allĆ” de lo tradicional. DespuĆ©s de los temas de los juglares del vallenato, le introdujo el romanticismo. Cuando presentó en 1974 āAnhelosā, los llamados puritanos del folclor le dijeron que eso era meterle ranchera al vallenato. Luego hizo los acordeones con violines. Fue el primero en uniformar a los conjuntos vallenatos y en colocarle āsmokingā. AsĆ como aƱos antes habĆa viajado al exterior con Los Corraleros de Majagual, fue el pionero en presentarse en varios paĆses como Ecuador, Venezuela, PanamĆ”, Estados Unidos y MĆ©xico. En el 2.000 le presentó la idea a Codiscos de armar La Fania Vallenata, con la cual esa empresa retornó al vallenato tradicional.
—ĀæQuĆ© le produce tristeza hasta llegar a las lĆ”grimas?—
–Esta noche no, no te vayas de mĆ
esta noche no, espera el dĆa
esta noche no, que me muero por ti
yo te quiero besar,
te quiero sentir
esta noche es mĆa.–
Pero aunque asĆ lo quiera describir, Alfredo es un llorón de tiempo completo. En noviembre de 1985, en una inolvidable gira por Venezuela, estafado por un empresario cartagenero, en Moralito, Estado del Zulia, ante unas mil personas, dejó caer sus lĆ”grimas interpretando āEl Mejoralā. Lloraba de rabia, de tristeza, de impotencia al verse obligado a cantar y tener mal a sus mĆŗsicos y no poder enviar dinero a su casa en Barranquilla.
Y suelta sus lĆ”grimas tambiĆ©n cuando ve las injusticias sociales. Encontrarse con niƱos hambrientos, lo motiva a permanecer callado unos segundos, maldecir las clases polĆticas y dejar un largo suspiro.
AdemĆ”s de llevar el tĆtulo del ārebelde del acordeónā es tambiĆ©n una persona que protesta por las injusticias sociales y que aƱora un paĆs que apoye al artista nacional y se acabe la violencia y todo lo que le hace mal a Colombia.
—ĀæCuando estĆ” de mal genio, quĆ© hace?–
–Vivo tomando porque el trago es paĀ“los machos.
un desamor me puede causar la muerte
y si el mar se convirtiera en aguardiente
en Ć©l me ahogara para morirme borracho.–
Tres veces ha sido coronado como rey del Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar. No ha sido Rey de Reyes porque muchos envidiosos no lo han dejado, pero acordeoneros como Israel Romero aseguran que en Colombia no hay quien toque como Ć©l lo hace. Por eso muchas personas aseguran que Ć©l es el verdadero sucesor de Francisco āEl hombreā. Ha compuesto mĆ”s de mil canciones y ha grabado mĆ”s de 300 discos de Larga Duración como solista o como integrante de diferentes agrupaciones y ha vendido mĆ”s de 8 millones de copias que lo han hecho acreedor de decenas de discos de oro y reconocimientos que guarda con especial cariƱo en su casa en Barranquilla.
En 1983 fue torturado en Maracaibo por cantar el Himno Nacional de Venezuela acompaƱado del acordeón. Se cometió, de verdad, una injusticia con Ć©l. Estaba como artista invitado especial en la celebración de las tradicionales fiestas de La Chinita y era el cantante que mĆ”s Ć©xito tenĆa en el momento. āLas dos mujeresā era un solo coro. Esa noche de noviembre, en la caseta, quiso hacer un homenaje a esas razas de que se unĆan aquella noche. AsĆ como tenĆa seguidores colombianos, buena parte de los asistentes eran venezolanos. Pidió un minuto de silencio. Solicitó a los asistentes que en aras de la paz, de la cordialidad, entonaran los dos himnos. Con total respeto comenzó a cantar āGloria al bravo pueblo…ā. Acto seguido hizo lo mismo con āOh, gloria inmarcesibleā. DespuĆ©s dijo, ābueno, a lo que vinimosā y arrancó la fiesta. Todos estaban muy contentos y bailaron hasta casi las cinco de la maƱana.
Dos horas despuĆ©s, cuando Alfredo estaba descansando en el Hotel del Lago, llegó la famosa PTJ, conocida por los atropellos con los colombianos e irrumpió buscando al āprofanadorā de los valores patrios. Alfredo, en pantaloncillos, no alcanzó a dar explicaciones cuando fue llevado a una comisarĆa. AllĆ lo colocaron boca abajo y mientras hacĆa flexiones de pecho, le pegaron con los machetes de la PTJ, dejĆ”ndole las nalgas negras. Semanas despuĆ©s, ya descansado del castigo, compuso el tema āLas tapas moradasā.
—ĀæAlfredo, cómo serĆ” el cielo?–
–Como las flores
tiernecitas de un rosal.–
Todas las casas disqueras de Colombia tienen trabajos de Ć©l. Su mĆŗsica estĆ” en todas las estaciones radiales. Sin embargo Ć©l ha luchado porque el folclor permanezca y no se deje ganar la pelea de la globalización. Ha presentado sus protestas ante los directivos de las emisoras, ante los polĆticos y ante los directivos del propio Carnaval de Barranquilla y asĆ lo demostró en una canción:
āEste es el amor, amor
el amor que me divierte
cuando estoy en la parranda
no me acuerdo de la muerte–
–Barranquilla estĆ” muy mal
de mĆŗsica colombiana,
parece la capital
de RepĆŗblica Dominicana.–
Rebelde, estricto en sus presentaciones, ordenado, aseado hasta casi el escrĆŗpulo, Alfredo es una de las glorias del folclor nacional. Los actuales cantantes vallenatos le deben a Ć©l que haya introducido ese ritmo a diferentes regiones del paĆs y de AmĆ©rica Latina. Sus innovaciones han servido para seguir una escuela y es, en definitiva, āun rey de reyesā.
—ĀæAlfredo, habrĆ” paz en Colombia?—
–Lo que pasa es que la banda estĆ” borracha.–
Imagen tomada como referencia.