70 años caminando juntos: el padre Diego Jaramillo dialogó con jóvenes Uniminuto Zipaquirá

La visita del padre Jaramillo inspiró a jóvenes, docentes y a los asistentes de la región, en una jornada marcada por el legado, el servicio y la educación con sentido humano y profundo.

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En la fotografía: Padre Rafael García Herreros en los inicios del Programa El Minuto de Dios. Foto tomada de Uniminuto.
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Una conmemoración viva: fe, educación y comunidad

Siete décadas de historia: legado de evangelización y servicio

Con motivo de los 70 años del programa El Minuto de Dios, la Universidad Minuto de Dios (Uniminuto), en su Centro Regional Zipaquirá, vivió una jornada inolvidable con la visita del padre Diego Jaramillo Cuartas, presidente de la Organización Minuto de Dios. El encuentro que contó con la presencia y participación del Obispo de la Diócesis de Zipaquirá, Monseñor Héctor Cubillos Peña, reunió a estudiantes, docentes, sacerdotes, representantes de comunidades juveniles y visitantes de municipios de Sabana Centro, fue mucho más que una conmemoración histórica: fue un acto vivo de fe, diálogo y formación ética para las nuevas generaciones.

El evento tuvo como eje central la conmemoración de las siete décadas del programa El Minuto de Dios, creado por el padre Rafael García Herreros en 1955 y transmitido sin interrupción desde entonces. Esta obra de evangelización televisiva —que derivó en la creación del barrio Minuto de Dios y, posteriormente, en una de las organizaciones sociales y educativas más importantes del país— ha impactado de manera directa a miles de colombianos, promoviendo la fe, el desarrollo comunitario y la educación con sentido humano.

Desde su papel como sucesor del padre García Herreros, el padre Diego ha sido custodio y renovador del legado.

“Han sido 70 años caminando con el pueblo colombiano. El secreto ha sido siempre el mismo: servir antes que brillar”, afirmó con la serenidad de quien ha entregado su vida a la causa del Evangelio.

Palabras que tocan el alma: el padre Jaramillo dialoga con los jóvenes

Lejos de un acto protocolario, la visita del padre Jaramillo se convirtió en un diálogo cálido y sincero con los jóvenes, en el que compartió reflexiones, recuerdos y consejos que tocaron el corazón de los presentes. Luego de su intervención central, decidió quedarse a conversar con los estudiantes, respondiendo con humildad y sabiduría a sus inquietudes.

Parte del auditorio asistente al diálogo con el Padre Diego Jaramillo. Foto de Uniminuto Zipaquirá.

Un joven, integrante de una comunidad juvenil, preguntó:

—Padre, ¿cómo podemos llevar más el amor de Dios a nuestros jóvenes?

El padre Diego respondió con calma y profundidad:

—Para poder dar amor, primero hay que estar lleno del Espíritu Santo. Él es Dios en nuestro corazón. Como dice San Pablo: «El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado».

Otro momento emotivo lo protagonizó Nuri Santafé, una estudiante de primer semestre de Comunicación Social, quien preguntó cómo le gustaría ser recordado:

—No sé si me recordarán… pero si lo hacen, ojalá no sea sólo para decir “¡qué feo era!” —dijo entre risas— me conformo con que alguien diga: “De alguna manera, ese hombre me hizo un bien”.

En ese instante, compartió una anécdota entrañable sobre su relación con el padre Rafael García Herreros:

—Recuerdo que, en las bodas de plata del programa, el padre Rafael comenzó su discurso diciendo: “Como le decía esta mañana a mi hijo… a mi hermano…”, luego dijo “a mi amigo” y terminó: “a este montón de cosas que para mí es el padre Diego Jaramillo”. Lo decía con cariño. Fue un sacerdote ejemplar, apasionado por Dios y por servir. Eso es lo que uno debería dejar: un buen ejemplo.

Vocación y liderazgo: un puente entre generaciones

El padre Jaramillo también habló de vocación y discernimiento. Al escuchar a Alex, un seminarista que confesó sentirse llamado al sacerdocio, le respondió:

—¿Sabes qué significa realmente ser sacerdote? Ser un puente. Ser un puente para que otros caminen sobre ti. De hecho, eso significa “pontífice”: el que se hace puente entre Dios y los hombres.

Un pontífice. Un puente entre Dios y los hombres, por donde pasan las bendiciones, el consuelo, las súplicas. Pero para ser ese puente, hay que dejar que Dios use nuestra vida como Él quiera.

Y cuando David Parra, también estudiante de Comunicación Social, le preguntó por su consejo a los jóvenes con Colombia, su respuesta fue breve, pero contundente:

—Desearía que nadie tuviera que sufrir, que todos tuvieran justicia, soluciones, libertad. Que los pobres, rostro vivo de Cristo, no sufran por nuestro egoísmo. Que podamos aliviar sus cargas, no aumentarlas.

Un encuentro transformador para la región y su juventud

La fe como motor de cambio social y personal

Este evento reafirmó el propósito fundamental de Uniminuto: formar líderes con sentido humano y compromiso ético. En palabras de la directora del Centro Regional Zipaquirá, Viviana Garnica Calderón, “fue un momento donde la espiritualidad y la educación se unieron para fortalecer el tejido social de nuestra región”.

Educación con sentido humano: misión de Uniminuto

La directora destacó el entusiasmo y la profundidad de las preguntas formuladas por los estudiantes, reconociendo en ellas la semilla de una juventud consciente y comprometida. Como símbolo de gratitud, le entregó al padre Diego una imagen en sal de la Virgen de Guadalupe, elaborada por artesanos de Zipaquirá.

Reflexiones para el país: justicia, compasión y compromiso

El evento, abierto al público, fue acogido con entusiasmo por asistentes de municipios como Cajicá, Chía y Tocancipá, quienes valoraron este tipo de espacios como fundamentales para el diálogo intergeneracional, el pensamiento crítico y el desarrollo integral.

Los temas abordados durante la jornada incluyeron:

  • Los desafíos de los jóvenes en un mundo digitalizado.
  • La fe como motor de transformación personal y social.
  • El liderazgo juvenil en contextos de incertidumbre.
  • La educación basada en valores y compromiso territorial.

Más que una celebración: una siembra para el futuro

Un legado que inspira nuevas generaciones

En medio de una atmósfera de recogimiento, alegría y cercanía, la Universidad Minuto de Dios, Centro Regional Zipaquirá, vivió una jornada que quedará en la memoria de su comunidad educativa. La visita del padre Diego Jaramillo no fue sólo una celebración de la historia del Minuto de Dios, sino también una siembra de esperanza, fe y responsabilidad social.

Un mensaje que une: servir antes que brillar

Porque, como lo expresó al final de su intervención:
“Lo importante no es brillar, sino servir. Y si algo queda de nuestra vida… que sea un ejemplo que inspire a otros”.

“El Padre Rafael García Herreros fue un sacerdote ejemplar, apasionado por Dios y por servir. Eso es lo que uno debería dejar: un buen ejemplo”.