Precluye proceso contra Armando Benedetti por injuria agravada tras excusas públicas

El ministro del Interior se retractó de señalamientos sin fundamento que hizo en redes sociales contra la exdirectora del ICBF. La Corte valoró el uso de la justicia restaurativa y el tono civilizado del acuerdo.

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Ministro del Interior, Armando Benedetti. Foto tomada del ministerio.
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La Sala Especial de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia decretó la preclusión de la investigación penal contra el ministro del Interior, Armando Alberto Benedetti Villaneda, por el presunto delito de injuria agravada, tras considerar cumplido un acuerdo de reparación simbólica alcanzado mediante los mecanismos de justicia restaurativa.

La investigación se originó por varias publicaciones hechas por Benedetti en la red social Twitter, hoy denominada X, en las que lanzó fuertes señalamientos contra Lina María Arbeláez Arbeláez, entonces directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). En esos trinos, el ministro cuestionó de manera directa su gestión institucional, utilizando expresiones que, a juicio de la Corte, afectaban la dignidad, el buen nombre y la honra personal y profesional de la funcionaria.

Ante la naturaleza del delito investigado, la Sala propició un espacio de diálogo entre las partes, como lo permite el modelo de justicia restaurativa. El resultado fue un compromiso por parte de Benedetti para ofrecer una disculpa pública en su cuenta de X, en los siguientes términos:

“Durante el periodo en el que @linaarbelaez fue directora del ICBF, publiqué una serie de trinos en los cuales hice acusaciones sin fundamento de corrupción e incompetencia contra la doctora Arbeláez. Por lo cual le pido excusas y hago esta aclaración pública, reiterando el respeto por la honra y el buen nombre de la entonces directora del ICBF”.

Una vez verificada la publicación del mensaje y el cumplimiento íntegro del acuerdo, la Corte consideró que se cumplían las condiciones legales para acceder a la preclusión del proceso penal, al constatar la imposibilidad jurídica de continuar la acción penal.

La decisión fue acompañada de un llamado institucional a replicar este tipo de conductas conciliadoras en el ámbito judicial y político. La Sala resaltó “el comportamiento de altura y civilidad demostrado por las partes y sus apoderados”, y lo calificó como una postura digna de imitación, especialmente en escenarios donde el disenso y el debate pueden transitar por caminos menos confrontacionales.

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La Corte Suprema aplicó justicia restaurativa para resolver el caso sin condena penal.