En el marco de campaña ‘Destruyendo el miedo, construyendo esperanza’ fueron fundidas 23.500 armas de fuego decomisadas a grupos armados
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En un acto significativo para la seguridad y la paz de Colombia, se logró la fundición de 23.500 armas de fuego incautadas en operativos militares y policiales, además de aquellas entregadas de forma voluntaria por ciudadanos. Este proceso se enmarca en la iniciativa: ‘Destruyendo el miedo, construyendo esperanza’, un esfuerzo conjunto con el apoyo del Gobierno Nacional, las Fuerzas Militares, la Fiscalía General de la Nación y la empresa Acerías Paz del Río, realizado en la Planta Industrial de Belencito, en Nobsa, Boyacá.

El material obtenido de la fundición será transformado en insumos para la producción de acero, que se destinará a la construcción de infraestructuras clave como puentes, viviendas, instituciones educativas, alojamientos y bases militares. Este es un ejemplo claro de cómo la reutilización de materiales puede contribuir al desarrollo y a la reconstrucción de un país que ha sufrido las consecuencias de la violencia y la inseguridad.

Un simbolismo de paz y regeneración social

El General Hugo Alejandro López Barreto, jefe del ‘Estado Mayor Conjunto’ de las Fuerzas Militares, destacó el significado del proceso como un paso importante para la paz: «Haberles quitado las armas a los grupos delincuenciales y asegurarnos que no van a hacer más daño es una forma de darle paz a Colombia. Nos queda trabajo por hacer, y este es un paso», señaló.

La destrucción de armas incluyó revólveres, pistolas, fusiles, carabinas, ametralladoras, subametralladoras, morteros, lanzagranadas y otras armas modificadas ilegalmente para aumentar su letalidad. Este material, que representa una amenaza constante para la seguridad del país, ya no podrá causar más daño y, en su lugar, servirá para la construcción de una Colombia más próspera y segura.

La regeneración económica y el compromiso con el medio ambiente

Con la fundición de estas armas, se generarán alrededor de 43 toneladas de acero, que se utilizarán para la construcción de puentes, vías, escuelas, plantas de tratamiento de agua y otras infraestructuras fundamentales. Fabio Galán Sánchez, gerente de Acerías Paz del Río, destacó el impacto positivo de este proceso: «Nos sentimos muy orgullosos de participar en un proceso de paz y ver que armas que han causado lágrimas en muchas familias van a adquirir un segundo uso. Este acero ayudará a construir país», afirmó.

Este proceso, que cumple con lo establecido en el Decreto 2535 de 1993, también promueve la economía circular y la protección del medio ambiente. Desde 1992, más de 670.000 armas de fuego han sido destruidas, convirtiendo esta iniciativa en un aporte crucial a la paz y la seguridad del país.

Destruyendo el miedo, construyendo esperanza es un proyecto que no solo busca la recuperación de territorios y la seguridad de la población, sino también el impulso de un modelo de desarrollo más sostenible y justo. Con cada arma destruida, se da un paso más hacia un futuro en el que la violencia sea reemplazada por el progreso y la convivencia pacífica.

Destruir las armas es darle paz a Colombia»: General López Barreto.

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