El Tribunal Administrativo de Cundinamarca (TAC) ha dictado un fallo histórico que responsabiliza a Eternit Colombiana S.A. por los daños causados a un grupo de personas debido a su exposición al asbesto. Esta sentencia, que tiene implicaciones significativas para la salud pública en Colombia, ordena a la empresa indemnizar a las víctimas que padecen enfermedades graves, como el mesotelioma, vinculadas a la manipulación de este material peligroso.
El TAC determinó que Eternit incumplió sus obligaciones de seguridad industrial y ambiental, lo que genera una presunción de culpa y revierte la carga de la prueba en su contra. Además, se estableció una relación causal directa entre la exposición al asbesto y el desarrollo de enfermedades, respaldada por evidencia científica que clasifica al asbesto como un cancerígeno de Grupo 1 desde 1977.
La sentencia incluye una indemnización económica para los afectados, así como una indemnización no pecuniaria que exige a Eternit emitir una disculpa pública. Este fallo no solo resalta la responsabilidad empresarial, sino que también marca un precedente importante en la protección de la salud pública frente a actividades industriales consideradas peligrosas en el país.
La decisión del TAC es un llamado a la conciencia sobre la seguridad laboral y la responsabilidad en la manipulación de materiales tóxicos, y se espera que genere un impacto positivo en la salud y bienestar de la comunidad afectada.
Desde 1977, el asbesto está clasificado como un cancerígeno de Grupo 1 por su alta peligrosidad.
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