Engaño: más de 30 mujeres fueron víctimas de falsa oferta laboral en Bogotá

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Las estafas laborales no son nuevas, pero siguen mutando. Hoy, muchas se disfrazan de oportunidades en sectores como el modelaje, la creación de contenido o la producción audiovisual.

La modelo Vanessa Romero denunció a través de TikTok que fue víctima de una estafa junto a más de 30 mujeres en Bogotá. Según su relato, fueron contactadas para un supuesto video promocional de un nuevo bar. El proceso parecía formal: se solicitaban datos personales, fotografías, hoja de vida y certificado bancario. Sin embargo, el punto crítico llegó cuando les pidieron consignar entre 35.000 y 85.000 pesos para el supuesto pago de la ARL por la jornada laboral.

Romero explicó que, aunque en un inicio la solicitud le pareció normal, luego comprendió que algo no encajaba: el evento nunca ocurrió, el pago por el trabajo jamás se efectuó y los responsables desaparecieron tras recibir el dinero. Lo más preocupante, dijo, no es lo económico, sino la cantidad de datos personales que ahora reposan en manos desconocidas: cédula, cuentas bancarias, fotografías y hasta notas de voz.

@vanessaromeroc Niñas estén pilas para que no les pase! @Policía de Colombia #bogota #robocibernético #fraude #hurto #hurtobogota #estafa #paratii #longervideo #parati #fyp #ciberseguridad #ciberataque #robo ♬ sonido original – Vanessa Romero

Tras hacer pública la situación, decenas de modelos y trabajadoras del medio confirmaron haber pasado por lo mismo, lo que permitió identificar patrones y posiblemente al mismo estafador. Algunas víctimas llevaron el caso a la Fiscalía, pero se encontraron con una respuesta desconcertante: al no haber un uso comprobado de sus datos ni coacción directa, no se configura un delito claro. Esto ha generado malestar y desprotección entre quienes denunciaron.

Ante este tipo de situaciones, el Ministerio de Trabajo ha reiterado que ningún empleo debe implicar pagos previos. Si una oferta exige consignaciones por exámenes, certificaciones o seguros, podría tratarse de una estafa. En estos casos, la recomendación es desconfiar, verificar los datos del empleador y, de ser necesario, denunciar formalmente ante las autoridades.

Vanessa Romero cerró su testimonio con una advertencia para sus colegas: “Nunca envíen dinero. Exijan el RUT, un NIT, la cédula de quien las contrata. Háganse respetar desde el primer mensaje”.

El proceso parecía formal: se solicitaban datos personales, fotografías, hoja de vida y certificado bancario. Sin embargo, el punto crítico llegó cuando les pidieron consignar entre 35.000 y 85.000 pesos para el supuesto pago de la ARL por la jornada laboral.