“Mi nombre es Johanna Morales, mi padre se llamaba Alejandro Morales y el viernes santo; 15 de abril de 2022. Álvaro Puertas Lozano asesinó a mi padre con sevicia”, es lo que expresa Johanna sobre la muerte de su padre, a quien presuntamente asesinaron en una finca ubicada en la vereda Fonqueta, del municipio de Chía (Cundinamarca).

Sin embargo, durante los primeros días de la investigación criminal el presunto criminal se entregó y acepto cargos por homicidio, ahora, como resultado de esta conducta, Álvaro Puertas Lozano, se encuentra en prisión domiciliaria.

Morales, también indica en medio de un doloroso relato que, el presunto asesino es cercano a su familia paterna desde hace más de 37 años, “Mi padre vio nacer a su asesino y llevaba viviendo con ellos desde marzo de 2018, como jornalero”.

En Consecuencia, Johanna como víctima, solo tiene acceso a la verdad procesal, es decir, solo puede acceder a la verdad del presunto asesino. Hasta el momento, sólo ha tenido acceso a los documentos del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía General de la Nación, material que indica como las autoridades encontraron el cadáver y el arma homicida.

Ahora (en julio del 2022), en medio del luto y la poca celeridad de las investigaciones. Johanna Morales también debe lidiar con que un supuesto ritual satánico fue el motivo del crimen. «Se habla de una mesa cuadrada, hecha en madera desgastada; y encima de este objeto habían unas matas secas, dos sirios a punto de acabarse, una baraja de cartas en una de las esquinas, dos recipientes de tierra negra en la mitad de la mesa, un vaso plástico con agua, una caja de fósforos, una carta con un dibujo rojo que no se logra ver con claridad, un ojo turco, un frasco de vidrio con un líquido oscuro y un trozo de papel en el que se leía ‘clavos y ojo de la envidia'» indica el relato investigativo. Se presume que esta escena fue lo último que presenció que Alejandro Morales antes de morir.

Tres meses después, los motivos del crimen no son claros, “Las víctimas merecemos verdad, justicia y reparación integral. Merecemos que el acceso a la verdad sea un imperativo, vivir con la incertidumbre constante no me permite estar en paz”, concluye Johanna Morales.

 

Un supuesto ritual satánico fue el motivo del crimen.

Foto portada: Imagen de referencia para ilustrar la noticia.
Autoría de: NomadSoul1 en Envatoelements.

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