Con la entrada y la salida de los estudiantes como puntos críticos, el Grupo de Protección a la Infancia y Adolescencia de la Policía Nacional intensificó esta semana los operativos de vigilancia y control en las inmediaciones de los colegios del municipio. El objetivo: blindar los entornos escolares frente a posibles delitos y conductas que alteren la convivencia o vulneren los derechos de niños, niñas y adolescentes. “Acompañamos a la comunidad educativa para garantizar espacios seguros y detectar a tiempo cualquier riesgo”, afirmó un vocero de la unidad policial.
Las patrullas especializadas realizan registros a personas y verificación de antecedentes judiciales entre transeúntes, comerciantes y conductores de transporte escolar. Estas medidas buscan disuadir el microtráfico, el porte de armas y otras amenazas frecuentes en zonas escolares del país.
- Presencia disuasiva permanente alrededor de planteles estratégicos.
- Acompañamiento pedagógico a estudiantes sobre rutas seguras y autoprotección.
- Puertas abiertas a rectores y padres para recibir alertas tempranas.
Directivos docentes y asociaciones de padres destacan que la presencia de la Policía ha reducido situaciones de acoso y riñas en horarios críticos. Paralelamente, se ejecutan talleres de prevención con temas como ciberacoso, consumo de sustancias psicoactivas y uso responsable de redes sociales. Un entorno seguro no solo protege la integridad física de los menores, sino que impacta positivamente en la deserción escolar y en los índices de convivencia. @protecciónPonal
Operativos se enfocan en entradas y salidas escolares, puntos críticos de riesgo.