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Desde las canchas de Sibaté (Cundinamarca), hasta los escenarios más importantes del fútbol internacional, Mayra Ramírez ha demostrado que el talento colombiano no tiene fronteras. Su 2024 no pasó desapercibido: inició el año haciendo historia como el fichaje más costoso del fútbol femenino, rompiendo barreras y demostrando que el deporte de mujeres también está ganando terreno. Ese camino la llevó a un giro memorable al cerrar el año con el Trofeo EFE como la mejor jugadora iberoamericana, un reconocimiento que confirma lo que muchos ya sabían: Ramírez es una de las grandes.

El Chelsea, su actual equipo, encontró en Ramírez a una jugadora que combina potencia, visión y gol. Pero este premio no solo refleja su desempeño en Inglaterra, sino también su liderazgo en la Selección Colombia, donde cada partido parece ser una extensión de su pasión por el fútbol.

En cinco años de historia, este galardón ha sido entregado a figuras de gran renombre, pero lo de Mayra tiene un toque especial. Es apenas la segunda colombiana en recibirlo, siguiendo los pasos de Leicy Santos, quien lo ganó en 2020. Mayra se une ahora a un grupo selecto que incluye a la mexicana Kenti Robles y a la argentina Estefanía Banini, mostrando que las futbolistas iberoamericanas están marcando el ritmo del fútbol mundial.

Lo que más inspira de su historia no son solo los trofeos ni los contratos millonarios, sino el camino recorrido. Desde las veredas de Sibaté, su esfuerzo, sus sacrificios y su amor por el balón la llevaron a donde está hoy.

No importa si juega en un estadio abarrotado en Inglaterra o en una cancha improvisada en su tierra natal, Mayra Ramírez juega siempre como si el mundo estuviera viéndola.

Foto portada: Imagen de referencia de Mayra Ramírez. Tomadas de su perfil en Instagram.

 

 

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