Opinión

Los militares y la paz con las Farc, sin el crédito justo

  

Por. Gustavo Castro Caycedo

Escritor y Periodista


“Pero los militares no fueron a La Habana a protagonizar una rendición, se prepararon por más de tres años en temas de desmovilización y Derechos Humanos”.

 

 

 

El éxito del proceso de paz iniciado en Cuba en noviembre de 2012, le ha sido reconocido al Presidente Santos, a los negociadores del gobierno y de la guerrilla, a la sociedad civil, y a la comunidad internacional. Pero a mi modo de ver, el aporte de las Fuerzas Militares y de Policía a las negociaciones, no ha tenido un crédito equivalente a su trascendental aporte para lograr los acuerdos alcanzados. No obstante su firme decisión de paz  se da a pesar de la incalculable cuota de vidas humanas entregadas en esta guerra. Sin su voluntad, esta no habría logrado mutar en una paz que el mundo reconoce y celebra hoy. En un par de ocasiones he sido un duro crítico de las Fuerzas Militares, pero me parece injusto que hayan sido satanizadas por algunas personas, debido a las graves acciones individuales de algunos de sus miembros, que ciertamente traicionaron sus deberes éticos, salpicando el honor de la institución. Como lo han hecho algunos curas pederastas y hasta asesinos, manchando la imagen de la Iglesia católica. Como los jueces corruptos que han enlodado la majestad institucional de la justicia; y como los políticos corruptos que han vendido al mejor postor su conciencia, para legislar en detrimento de la sociedad.

Al repasar la historia militar de Colombia, he encontrado que las Instituciones Militares, y la inmensa mayoría los soldados colombianos no han defraudado ni decaído en la defensa de la nación ni de sus gentes, como tampoco en su apoyo a la búsqueda de la paz. Los presidentes, desde Belisario Betancur hasta Juan Manuel Santos, recibieron el respaldado de las FF.MM. y de Policía, en su intento de dar fin al conflicto armado con las FARC. La cúpula militar no se atravesó a los procesos de paz; y enriquecieron el actual a través de sus delegados en La Habana, tratando temas álgidos del conflicto, dando confianza y tranquilidad a los colombianos al trabajar paralelamente a la Mesa de diálogo,  GobiernoGuerrilla.

La paz ha llegado de la mano con los militares en muchas ocasiones, por ejemplo, cuando la “violencia política”, que llamaron: “la pacificación de Rojas Pinilla”, tras una guerra que entre 1948 y 1953 dejó más de 300.000 muertos, y medio millón de campesinos desplazados. Por su exclusiva voluntad e iniciativa, el general Gustavo Rojas Pinilla, quien se tomó el poder el 13 de junio de 1953, tres meses después, (el 13 de septiembre), sancionó la Ley que amnistió a 4.000 rebeldes de las autollamadas “Fuerzas Armadas Revolucionarias de los Llanos Orientales”. El General Rojas y sus oficiales, (no los políticos), pusieron fin a la guerra mediante un acuerdo firmado entre el Comandante de la Fuerzas Militares, mayor general Alfredo Duarte Blum, quien por órdenes de su máximo jefe, firmó la paz.

 

“La paz ha llegado de la mano con los militares en muchas ocasiones, por ejemplo, cuando la “violencia política”, que llamaron: “la pacificación de Rojas Pinilla”, tras una guerra que entre 1948 y 1953 dejó más de 300.000 muertos, y medio millón de campesinos desplazados”.

 

Cuando los guerrilleros aceptaron el llamado de Rojas, en un documento, le expresaron, entre otras cosas: “Nos dirigimos a vuestra excelencia para manifestaros nuestra gratitud y apoyo moral y material a vuestro Gobierno, por la labor desarrollada en pro de la tranquilidad y bienestar de nuestra querida Patria”.

“El Señor Brigadier General Alfredo Duarte Blum, tradujo vuestros sentimientos; por tal motivo, los suscritos Jefes Revolucionarios y Representantes del pueblo civil de los Llanos Orientales, damos a conocer a vuestra Excelencia nuestra determinación sincera y espontánea, cual es la de deponer nuestras armas con decoro bajo el amparo de vuestro Gobierno.  Dios guarde a Vuestra Excelencia”. Firmaron: José Guadalupe Salcedo, Jorge Enrique González, Humberto Paredes, Dumar Aljure, y otros 16 jefes guerrilleros más.

En una la crónica, el corresponsal de la AFP, testigo de la firma de la paz, dijo el 13 de septiembre de 1953: “Acabo de asistir a un espectáculo que sólo se ve una vez en la vida: “vi, en un rincón de una finca abandonada en el sitio llamado Cantaclaro, cerca de San Martín, en los Llanos Orientales, un ejército ‘fuera de la ley´’, haciendo el saludo militar. Eran las 14:05 locales”.

 “El general Adolfo Duarte Blum, presente allí con su Estado Mayor pasó revista a las dos tropas, estrechó la mano y abrazó a todos y cada uno, (soldados y rebeldes); luego, dijo: “La lucha ha terminado. Todos somos colombianos. Debemos olvidar y perdonar a nuestros enemigos y todos de acuerdo debemos trabajar en la reconstrucción de nuestro país”. Todos aplaudieron. Luego, los insurgentes recibieron sus salvoconductos y entregaron sus armas al ejército”

Para poner otro ejemplo, la histórica participación de los militares en la guerra no declarada, entre Colombia y Perú, del 1° de septiembre de 1932 al 25 de mayo de 1933, generó la máxima expresión de unidad nacional y de fervor patriótico entre los colombianos, al lograrse la paz. La valentía de nuestros soldados fue recibida con júbilo nacional, comparable tal vez al expresado por los historiadores, durante los albores de nuestra independencia. En otros procesos de paz como los del M-19 y el EPL, también se contó con el respaldo de las tropas que durante  52 años combatieron en la guerra que acaba de terminar.

 

“Acabo de asistir a un espectáculo que sólo se ve una vez en la vida: “vi, en un rincón de una finca abandonada en el sitio llamado Cantaclaro, cerca de San Martín, en los Llanos Orientales, un ejército ‘fuera de la ley´’, haciendo el saludo militar. Eran las 14:05 locales”.

 

Una subcomisión de militares que pasó ya a la historia

El Comandante general de las Fuerzas Militares, General Juan Pablo Rodríguez Barragán, tuvo carácter al reconocer: “El esquema de justicia acordado en La Habana, brinda seguridad jurídica”.

El Presidente Santos, expresó: “no hay nadie más adecuado que los jefes militares en servicio activo para conocer sobre el cese al fuego definitivo con las FARC”. La participación en La Habana de altos mandos militares activos, y de policía, en la subcomisión del fin del conflicto desde el 22 de agosto de 2014, fue la primera en más de medio siglo de enfrentamiento con las FARC. Allí también se destaca la participación de los generales (r), Jorge Enrique Mora Rangel y Óscar Naranjo Trujillo, miembros plenipotenciarios de la delegación del Gobierno.

La subcomisión de militares que pasó ya a la historia, fue un equipo técnico bajo reglas claras, integrada por siete miembros de alto rango y por tres expertos, que dialogaron y debatieron con los delegados de la guerrilla, sobre puntos cruciales del fin del conflicto. La Subcomisión, coordinada y liderada por el general Javier Alberto Flórez Aristizábal, Jefe de ‘Estado Mayor Conjunto’ de las Fuerzas Militares y de Policía, la conformaron los brigadieres generales del Ejército, Alfonso Rojas, Martín, Fernando Nieto, y Oswaldo Rivera Márquez. El Almirante Orlando Romero Reyes, de la Armada; y el brigadier general de la Policía, Álvaro Pico Malaver.

También actuaron en Cuba, los coroneles del Ejército, Vicente Sarmiento Vargas, y Saúl Rojas Huertas; el Capitán de Fragata de la Armada, Omar Cortes Reyes; el teniente coronel de la Policía, Edwin Chavarro Rojas;  el Mayor de la Fuerza Aérea Rodrigo Mezú Mina; la teniente de Navío de la Armada, Juanita Millán Fernández. Y Mónica Cifuentes Osorio, directora jurídica y Alejandro Reyes Lozano, de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz; y César Restrepo Flórez, director Estudios Estratégicos del Ministerio de Defensa.

Todos ellos trabajaron alternamente a los integrantes de la ‘Mesa de Negociación’. La discusión con las FARC, estableció las mejores opciones para cuando se firme la paz. Los militares y los guerrilleros, entregaron un documento vital; el resumen de un año de trabajo y análisis sobre aspectos técnicos y logísticos del cese al fuego; la entrega de armas; el desplazamiento de los guerrilleros a zonas de desarme; la desmovilización, la verificación del fin de las hostilidades, la reintegración de los guerrilleros a la vida civil, y las garantías de seguridad para  los desmovilizados.

Al comienzo, hubo escepticismo inducido de forma oportunista, por algunos políticos. A pesar de que la participación de las FF.MM en los diálogos era una garantía; hasta llegaron a decir que “era inconstitucional que militares de alto rango fueran a Cuba a entrevistarse con delegados de las FARC”. Los altos oficiales de la subcomisión técnica respondieron contundentemente a una mentira del senador del CD, Jaime Amín, quien aseguró: “hay malestar entre los militares porque, supuestamente, no son tenidos en cuenta en varios temas”.

 

“Al comienzo, hubo escepticismo inducido de forma oportunista, por algunos políticos. A pesar de que la participación de las FF.MM en los diálogos era una garantía; hasta llegaron a decir que era inconstitucional que militares de alto rango fueran a Cuba a entrevistarse con delegados de las FARC”.

 

Los militares señalaron: “la delegación de Gobierno definió desde el inicio una metodología seria, clara y precisa que permitiera concretar acuerdos que conducirán al fin del conflicto, a la construcción de un modelo técnico de cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y de dejación de las armas. Estamos plenamente de acuerdo con dicha metodología”. En el comunicado también expresaron, que: “coinciden con los lineamientos e instrucciones del presidente, y pidieron tolerancia con el proceso de paz”.

Otra mentira que afectó el proceso de paz, llevó a los miembros plenipotenciarios del equipo negociador, generales (r), Oscar Naranjo y Jorge Mora Rangel, a declarar: “No es cierto que se discutan cambios estructurales, o se vaya a disminuir a las Fuerzas Militares”. El presidente Santos recalcó: “la presencia de altos oficiales de las Fuerzas Militares y de Policía en las negociaciones con las FARC, los enaltece y dignifica”. Por otra parte, los altos mandos no permitieron que en La Habana se discutiera el futuro de la Policía, del Ejército o de la Armada.

El comandante del Ejército, general Alberto José Mejía, dijo: “Veo un ejército preparado para la consolidación de la paz. Hoy trabajamos en el  fortalecimiento de las FF.MM y de la Policía, para preservar la paz, dar seguridad a los colombianos; implementar medidas que permiten participar en política a los reinsertados; generar condiciones de seguridad en la implementación de los acuerdos para que la paz sea duradera; asegurar el monopolio del Estado en el uso de las armas, y proteger y promover el respeto por los derechos humanos”.

El delegado de EE.UU. para las negociaciones de paz, Bernard Aronson, luego de reunirse con los miembros de las Fuerzas Militares en Cuba, expresó: “han sido trascendentales para el apoyo norteamericano a las conversaciones”

En La Habana ante Fabián Ramírez, comandante del ‘Bloque Sur’ de las FARC, (a quien Flórez combatió en el Caquetá), este y sus militares dieron un paso vital para que el equipo negociador liderado por Humberto de la Calle, lograra la paz. Por primera vez en 52 años militares activos y guerrilleros hablaron frente a frente. Los militares y los delegados de las FARC entregaron a  los negociadores del proceso de paz, un documento con sus propuestas para el fin del conflicto, que fue vital para las discusiones sobre ese punto de la agenda.

El texto resume casi un año de análisis sobre aspectos técnicos y logísticos de la última etapa del proceso, la entrega de armas, el desplazamiento de los rebeldes a zonas de desarme, la verificación del fin de las hostilidades y las garantías de seguridad de los desmovilizados. Los militares y los delegados de las FARC entregaron en La Habana un informe con propuestas para el fin del conflicto a los negociadores del proceso, el cual es base para las discusiones sobre esos puntos de la agenda… la ‘Subcomisión Técnica del Fin del Conflicto’ liderada por el general Javier Flórez, y del “Carlos Antonio Lozada”, de las FARC,

Pero los militares no fueron a La Habana a protagonizar una rendición, se prepararon por más de tres años en temas de desmovilización y Derechos Humanos. El 1° de septiembre de 2014 las FARC destacaron intervención de militares activos en el proceso Aseguraron. Las negociaciones “adquieren mayor solidez y proyección”…. y celebraron la importancia de la subcomisión…Luciano Marín Arango, “Iván Márquez”, aseguró que esta lleva a las negociaciones a una “faceta no explorada” y que es otra excelente noticia. Es de un valor inobjetable que por primera vez en la mesa, representantes activos las Fuerzas Armadas las discusión e intercambio sobre asuntos de importante trascendencia militar“, anotó.

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Siendo Juan Manuel Santos ministro de Defensa, y luego Presidente, con el general Flórez, comandante de la operativos “Fénix” que dieron de baja al “Mono Jojoy”, jefe militar de las FARC, y luego, con “Sodoma” a “Alfonso Cano”, (sucesor de Tirofijo), lograron lo impensable: sentar a los militares activos en la misma mesa con las FARC, y ser artífices del fin de la guerra.

 

“Pero los militares no fueron a La Habana a protagonizar una rendición, se prepararon por más de tres años en temas de desmovilización y Derechos Humanos”.

 

Negociar  la paz puede llegar a ser paradójico, tanto que las FARC lo han hecho con Juan Manuel Santos y con el General Javier Flórez, sin duda sus mayores enemigos en la guerra. Ellos les asestaron durísimos golpes entre julio del 2006 y mayo de 2009; y luego, desde agosto de 2010, siendo Santos Presidente de la República. Ellos dos, con otros altos oficiales como el General Freddy Padilla de Léon, marcaron a la guerrilla con “Jaque, la operación militar y de inteligencia más importante en la historia de los ejércitos modernos en el mundo”, que rescató a Ingrid Betancur y a otros 14 secuestrados, sin un solo  disparo.

El general Flórez, oficial de Ingenieros, lancero, paracaidista, magister en Defensa y Seguridad, y asesor de la Junta Interamericana de Defensa ante la OEA, lleva 35 años en el Ejército. Fue protagonista con varios destacados oficiales, de otros duros golpes a las FARC, como las operaciones: “Pelícano”, “Tifón”, y “Elipse”. Comandó la ‘Fuerza de Tarea Conjunta Omega’, que abatió a jefes guerrilleros, como: “Fabián Ramírez”, “El Médico”, y “Romaña”. La “Operación Camaleón”, que liberó al general Luis Mendieta; “Sodoma” y otras que en que murieron el “Negro Acacio”, “Robin”, “J. J.”, “Martín Caballero”, “Patamala”,  “Danilo”, y  otros más.

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Batallón Colombia en contingente de paz de la ONU, en Corea

Otro de los innumerables ejemplos del interés de los soldados de colombianos por la paz, se dio en la guerra de Corea. El Mayor General Blackshear Bryan, Comandante de la Vigésima Cuarta División 1954, dijo: “He combatido en tres guerras, pensé que nada me faltaba por ver en el campo del heroísmo y de la intrepidez humana. Pero me faltaba ver combatir al Batallón Colombia”. Este hizo parte del primer contingente internacional de paz, de la ONU que inscribió a Colombia en la lista de: “Naciones libres, defensoras de la libertad y la democracia”.

Partieron a la guerra el 18 de mayo de 1951; se relevaron entre 1951 y 1954, en total fueron 4.314 soldados de infantería y 786 de marina. Bogotá les dio, bienvenida triunfal, el 20 de noviembre de 1954 por su arrojo reconociéndolos entre los soldados más valientes del mundo”.

El gobierno de los Estados Unidos les concedió a varios oficiales, suboficiales y soldados, la “Estrella de Plata”, dos  por valor “más allá del deber” y 34 estrellas de bronce, “por acciones destacadas o heroicas en Guerra”. Entre ellos al Capitán Álvaro Valencia Tovar; al teniente coronel Alberto Ruiz Novoa, con dos medallas; al mayor Luís Etilio Leyva, y al Subteniente Bernardo Lema Henas.

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El ‘Batallón Colombia’ de la Fuerza de paz de la ONU, asignado a la 45ª división de infantería, al mando del general norteamericano David Ruffner, debió defender entre el 12 de marzo y el 3 de abril de 1953, el estratégico cerro Old Baldy, “Viejo calvo”.  A las 11 y media de la noche del día 22, violentas oleadas de soldados chinos desencadenaron un asalto inmenso. El sangriento combate duró hasta la oscura madrugada del 23. Nuestros soldados lucharon heroicamente, a punta de bayoneta calada, de manera casi suicida: fueron 400 colombianos contra más de 1.000 mil chinos, de los cuales murieron unos 500. El Batallón Colombia tuvo 97 bajas, 33 soldados heridos, 92 desaparecidos y 28 fueron prisioneros de guerra.

 

“Otro de los innumerables ejemplos del interés de los soldados de colombianos por la paz, se dio en la guerra de Corea. El Mayor General Blackshear Bryan, Comandante de la Vigésima Cuarta División 1954, dijo: ‘He combatido en tres guerras, pensé que nada me faltaba por ver en el campo del heroísmo y de la intrepidez humana. Pero me faltaba ver combatir al Batallón Colombia’ ”.

 


Extrategia Medios
Equipo de redacción de Extrategia Medios

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