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La Ley Estatutaria de Educación se hundió, la ministra atribuye el fracaso a la desconfianza

El miércoles 19 de junio marcó un punto crítico para la reforma a la Educación en Colombia, con el anuncio oficial del Gobierno Nacional sobre el hundimiento del proyecto.

Este revés legislativo no solo refleja la división política en el Congreso, sino también la presión significativa ejercida por FECODE, cuya defensa de los intereses docentes y la educación pública fue determinante en el desenlace.

Hundimiento del proyecto

El Gobierno Nacional declaró formalmente la caída de la reforma a la Educación el miércoles 19 de junio en horas de la tarde. Según María José Pizarro, la responsabilidad del fracaso de este proyecto recae en la oposición, específicamente el Centro Democrático y Cambio Radical.

Pizarro indicó que, “fue una estrategia profundamente irresponsable e incluso irrespetuosa con otras bancadas. Más allá de las diferencias con el Gobierno, otras propuestas trascendentales para el país estarían en riesgo de hundirse”

Cabe recalcar que la presión de FECODE fue importante para la muerte del proyecto, que, aunque todavía se considera aliado del gobierno, expresa que no puede permitirse un detrimento de la labor docente ni de la educación pública.

Este hundimiento nace también de la falta de mayorías en el congreso, observándose una falta de prioridad en el orden tanto de la Cámara como del Senado de la República.

Al tratar de salvar el proyecto, el gobierno empezó negociaciones con la oposición, inicialmente acogiendo quejas de Cambio Radical y la U, luego se introdujeron los cambios polémicos por parte del Centro Democrático, siendo estos la evaluación docente y la educación mixta.

Posición de ministra de Educación

La ministra Aurora Vergara, según el portal de la Silla Vacía, “quedó en el peor de los mundos”.

Fue señalada por FECODE, por haber admitido la enmienda por los partidos de oposición, al igual la Cámara la sindicó de desconocer la aprobación y desautorizar al presidente de la República.

Ahora bien, ella no fue quien verificó el hundimiento de este proyecto, viéndose en una posición difícil en la que la descoordinación del gobierno y su bancada la dejaron desubicada y sin herramientas para llamar al tan anhelado “Acuerdo Nacional por la Educación”.

Ante este contexto, la ministra, que se pronunció en la W Radio, expresó que el hundimiento de la Ley estatuaria se debe más a que “empezó a configurarse un escenario de desconfianza que se manifestó en archivar el documento (…). Imperó la desconfianza de los diferentes partidos”.

Según ella, sí existía la posibilidad de enmendar el documento, esto en la plenaria del senado, sin embargo, “imperó la desconfianza”.

¿La ministra renunciará?

En la entrevista realizada por la W Radio, se le preguntó directamente a la ministra si espera ser retirada de su cargo por el fracaso de la Ley Estatutaria.

Sectores políticos afirmaban que la salida de Vergara era inminente, sin embargo, en sus palabras: “si asumo el retirarme de un cargo porque respeté las voces de las personas que componen una comisión y abrir la puerta al diálogo social, es necesario preguntarnos si la invitación que estamos haciendo como país es a la imposición”.

Así pues, la ministra no contempla dejar su cargo y piensa seguir con el proyecto de reforma a la educación en el nuevo periodo legislativo que iniciará pronto.

Expresó que, “nuestra propuesta para la próxima legislatura es abrir los espacios para el diálogo para que llegue un documento lo más concertado posible”.

Indicó que el presidente de la República le insiste en la importancia de la coherencia política del gobierno que prometió garantías al sistema educativo público.

En medio de las tensiones y acusaciones, la ministra de Educación, Aurora Vergara, se encuentra en una encrucijada política. Aunque ha enfrentado críticas por su manejo del proceso legislativo, Vergara reafirma su compromiso con la reforma educativa y descarta la idea de renunciar.

La continuidad de este proyecto dependerá crucialmente de reconstruir la confianza perdida entre los actores políticos y sociales, manteniendo la promesa de fortalecer el sistema educativo público en Colombia.

Sí existía la posibilidad de enmendar el documento, esto en la plenaria del senado, sin embargo, “imperó la desconfianza”

Lina Yineth Pérez Grande
Estudiante de Relaciones Internacionales y Estudios Políticos en la Universidad Militar Nueva Granada

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