
En Colombia, las violencias por identidad de género siguen cobrando vidas. El transfeminicidio de Sara Millerey, ocurrido recientemente en Antioquia, ha generado reacciones en distintos rincones del país. Cajicá será uno de ellos. Este jueves 10 de abril a las 07:00 p. m., colectivos sociales, ciudadanos y activistas se reunirán en el Parque de la Estación para realizar un plantón y una velatón en su memoria, y por todas las víctimas de transfeminicidio en lo que va de 2025.
La convocatoria, bajo el lema #JusticiaParaSara, ha sido impulsada por la Mesa Comunitaria LGBTIQ de Cajicá, Colectiva Comadres, Sin Etiquetas Col. y La Guarida, organizaciones que trabajan en el territorio por los derechos humanos, la diversidad y la vida digna. El llamado es claro: no más silencios, no más impunidad. Cada vela encendida será un acto simbólico de memoria, pero también una exigencia a las instituciones para que estos crímenes no queden en el olvido.
¿Quién era Sara Millerey?
Sara Millerey era una mujer trans de 29 años, reconocida entre sus círculos cercanos por su energía creativa y su constante lucha por la visibilidad trans en entornos sociales adversos. Vivía en el municipio de Bello (Antioquia), y fue asesinada brutalmente en circunstancias que hoy son objeto de investigación. Su caso no solo ha despertado dolor entre quienes la conocían, sino también una movilización que busca justicia y acciones concretas contra los transfeminicidios.
Su nombre se suma a una dolorosa lista de víctimas de violencia estructural y odio. Según datos de organizaciones defensoras de derechos humanos, los transfeminicidios continúan siendo una realidad invisibilizada por el Estado, con escasa atención mediática y una impunidad alarmante.
La velatón en Cajicá es una de varias acciones que se están gestando en diferentes regiones. Más allá del homenaje, representa una voz colectiva que reclama garantías, respeto y vida digna para todas las personas trans en Colombia.
Cada vela encendida será un acto simbólico de memoria, pero también una exigencia a las instituciones para que estos crímenes no queden en el olvido.