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El dolor que un político ilusionista dejó.
Más de 30 años con la ilusión de tener una vivienda propia quedaron en el ostracismo por el engaño que vivieron los afiliados a la Asociación de Vivienda Ciudad Jardín Zipaquirá y quienes hoy nuevamente poseen el terreno. Un político urbanizador, con el apoyo de otros más, seguramente no dimensionó las consecuencias del daño que le podía causar a muchas familias, y hoy después de una lucha sin ganadores, tuvieron que ser desalojados por decisión de un fallo judicial que no les dio la razón, quedando en la soledad.