Dos semanas después del fuerte sismo que afectó el oriente de Cundinamarca, las acciones de atención y reconstrucción avanzan de forma decidida en los municipios de Medina y Paratebueno. En este último, 38 familias de la vereda Europa fueron evacuadas tras un dictamen del Servicio Geológico Colombiano que declaró la zona como no habitable por alto riesgo de remoción en masa.
Actualmente, estas 130 personas se encuentran alojadas en el albergue del barrio San Andrés, en condiciones adecuadas y con alimentación garantizada. Allí han recibido el respaldo de múltiples entidades del orden nacional y departamental, así como de la comunidad local, que se ha convertido en pilar fundamental para superar la emergencia.
Subsidios extendidos y retorno al campo
Como parte de la estrategia de recuperación, el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey Ángel, anunció la entrega de subsidios de arrendamiento por un periodo de nueve meses —tres más de lo habitual— con el fin de brindar estabilidad a las familias mientras se gestiona, junto a la Sociedad de Activos Especiales (SAE), un predio rural que permita su reasentamiento seguro.
Además de los apoyos institucionales, ha sido clave el compromiso de las comunidades anfitrionas y de líderes sociales que han sostenido, día tras día, la atención a los damnificados.
Solidaridad que alimenta y reconstruye
En medio de la crisis, han emergido figuras de enorme valor humano: las llamadas “rancheras”, mujeres de la comunidad que han liderado, con entrega y organización, la preparación de alimentos para todos los albergados. Su trabajo es un reflejo de la fuerza colectiva que impulsa la recuperación.
La respuesta articulada ha sido posible gracias al trabajo conjunto de la Defensa Civil, el Ejército Nacional, Polnasar, la Cruz Roja Colombiana, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), empresarios, gente solidaria y los alcaldes de Medina y Paratebueno. También ha habido presencia constante del gobierno departamental, que ha acompañado en terreno los procesos de evaluación y asistencia.
Las mujeres conocidas como “las rancheras” han sido clave en la preparación diaria de alimentos para los albergados.