Carlo Acutis, el joven “influencer” de la fe, será canonizado por el Papa León XIV en 2025 como el primer santo millennial

Con apenas 15 años y una vida marcada por la fe y la tecnología, Carlo Acutis será canonizado el 7 de septiembre por el Papa León XIV, tras una espera interrumpida por el fallecimiento de Francisco. Su historia conecta con una nueva generación de creyentes.

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Papa León XIV. Imagen de referencia tomada de https://depositphotos.com/es/
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En tiempos donde lo sagrado y lo digital parecían ir por caminos separados, un adolescente italiano logró unirlos con naturalidad. Su nombre es Carlo Acutis, y el próximo 7 de septiembre será declarado santo por la Iglesia Católica. Nacido en 1991 y fallecido en 2006, este joven que construyó páginas web sobre milagros eucarísticos será el primer santo oficialmente perteneciente a la generación millennial. La decisión fue confirmada por el Papa León XIV durante el Consistorio celebrado en el Vaticano.

La canonización de Acutis había sido anunciada originalmente por el Papa Francisco en noviembre de 2024, pero la ceremonia fue suspendida tras su fallecimiento el 21 de abril de 2025. Junto con él, también será canonizado ese día Pier Giorgio Frassati, otro referente juvenil de espiritualidad.

¿Quién es Carlo Acutis?

Carlo, recordado por su amabilidad, su compromiso con la fe y su habilidad con la tecnología, vivió en Milán y usó internet como un canal de evangelización. Su proyecto más conocido fue una plataforma digital que recopilaba milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia, en un formato accesible para jóvenes creyentes. Su testimonio ha sido importante para repensar cómo las nuevas generaciones pueden vivir la espiritualidad en un mundo mediado por pantallas.

El término “santo millennial” no es casual. Carlo no solo nació en la década de los noventa: vivió en línea, ayudó a sus compañeros con problemas de informática y combinó la misa diaria con la programación web. Su vida ofrece un espejo para aquellos jóvenes católicos que buscan integrar sus creencias con los lenguajes y herramientas de su tiempo, sin renunciar a ninguno de los dos mundos.

Aunque su ceremonia no pudo realizarse en abril, como
estaba prevista inicialmente, su proclamación oficial como santo será, para muchos, una forma de reconocer que la fe también habita en la era digital.