Iniciaba el 2017 y los rayos del sol zipaquireño alumbraban los cerros cundinamarqueses, mientras muchos abríamos los ojos ante aquel 3 de enero, una habitante del sector Algarra III, informaba a Karen Ahumada
-reconocida animalista- que la noche anterior había visto a un hombre propinar varios golpes a un pequeño canino y que luego del repudiable hecho lo dejó abandonado junto a un árbol.

Karen, en medio del dolor y la impotencia de no poder acudir al lugar de los hechos por falta de un medio de transporte, llamó al señor Juan Manuel Moreno Rodríguez, quien al otro lado de la bocina la tranquilizó mientras se trasladaba al heroico rescate de ‘Comino’. El reloj de la Veterinaria Farle marcaba las 8:00 a. m, mientras tanto, la medica veterinaria Carolina Farfán Jiménez, determinaba que ‘Comino’ tenía más de 15 años, dos costillas inmersas debido a los golpes y sus ojos, pelaje y oídos estaban irritados debido al posible pegamento que utilizaba para pegarle los objetos que alguna vez lo caracterizaron. El parte veterinario era desolador, sin embargo, la buena fe, esperanza y la atención oportuna, vencieron. Desde ahí la vida de Karen Ahumada se partió en dos, un antes y un después de ‘Comino’, a quien le brindó una vida llena de amor.

La misión de estas fundaciones animalistas es velar por la protección de estos seres nobles e indefensos, rescatarlos, albergarlos y llenarlos de cariño, de igual manera, se educa a través de una cultura que inculca el respeto, la responsabilidad y el cuidado por los animales de compañía.

Amarlos hasta la última pulga, tal como la historia entre Karen y Comino.

“Gracias gracias comino por haber compartido tus últimos 5 años de vida con nosotros, gracias por habernos enseñado tanto, aunque duele tu partida sabemos que ya era hora y que era lo que querías, a veces nos aferramos tanto a ellos  que pasamos por encima de sus deseos y alargamos su sufrimiento por postergar nuestra pena.
En estos años he aprendido a Amar dejando ir y te he dejado ir con todo lo que me ha costado no tener tu cuerpo a la orilla de mi almohada no sentirte roncar, no sentir tu cabeza debajo de mis brazos ni tu lengua lamiendo mis manos cuando tenías sed, tus ladridos pausados y tus rabietas.
Te dejamos ir con la firme convicción de que sentiste nuestro amor y te llevaste eso”, expresó Karen Ahumada a través de sus redes sociales.

Gracias por habernos enseñado tanto.

Fotografías tomadas por el archivo de Karen Ahumada.  

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