El colon irritable es definido por la ‘Mayo Clinic’ como: “trastorno frecuente que afecta al intestino grueso. Los signos y los síntomas incluyen cólicos, dolor abdominal, hinchazón abdominal, gases y diarrea o estreñimiento (o ambos). El síndrome de colon irritable es un trastorno crónico que se tiene que controlar a largo plazo”.

Entre las causas están:

  • Contracciones musculares en el intestino que claramente serían las causantes de los cólicos.
  • Afectaciones del sistema nervioso que explican como una ausencia en la coordinación entre el cerebro y los intestinos.
  • Infecciones graves.
  • Estrés a temprana edad.
  • Cambios en la flora bacteriana intestinal.

Los alimentos que con mayor frecuencia caen mal son: el brócoli, coliflor, lechuga, lácteos, panadería, maíz, fríjoles, preparaciones con muchos condimentos, entre otros.

La mayoría de esa información de seguro ya usted lo ha leído o escuchado antes, pero lo relevante de este artículo es que muchos de mis pacientes en ocasiones me han dicho: “no puedo ni tomar agua porque me cae mal”, y en otras ocasiones dicen: “a veces me acabo de levantar y ya amanezco con la ‘barriga’ hinchada”, manifiesta el doctor Raúl Fonseca Romero, médico cirujano y especialista en terapias alternativas. En estos casos queda la pregunta ¿Cuál es la causa? ¿Por qué sin haber ingerido alimentos presenta síntomas? ¿Sientes malestar sin siquiera haber ingerido alimentos?

 

Continúa diciendo el doctor Fonseca Romero: lo cierto es que hay pacientes con colon irritable que presentan una marcada distensión abdominal sin haber comido nada, acompañada de dolor, incluso la distensión puede ser muy severa y generar dificultad para respirar.

Pero bueno: si el estrés es un desencadenante ¿Qué será lo que estresa tanto al paciente? Para mí ya es muy claro que las emociones juegan un papel importantísimo en el colon irritable y en todos los cuadros digestivos de mis pacientes, pero lo que todos debemos entender es que el rol que juega la salud emocional en el colon irritable es determinante.

No se trata de hablar de fisiología ni neurotransmisores, se trata de entender que mis estados emocionales también afectan mi salud digestiva al punto de enfermar sin haber ingerido ningún tipo de alimento.

Entre los resultados después del manejo emocional en mis pacientes, empiezan a tolerar los alimentos que no podían comer o disminuyen mucho los síntomas después de ingerirlos. Los resultados empiezan justo después de realizar la Terapia Profesional Antiestrés, en la cual se reduce notoriamente la carga emocional de los pacientes; baja su nivel de estrés mejorando su capacidad de adaptación ante los hechos cotidianos y obviamente, de manera casi mágica empiezan a disminuir los síntomas.

En mi experiencia, muchos de mis pacientes que asisten a consulta por problemas diferentes a los digestivos, también presentan signos clínicos de colon irritable. No se quejan de intolerancia a algún alimento ni de dolor después de comer, pero ya están empezando a presentar síntomas. Ahí me surge otra pregunta: ¿La causa es emocional o es por algún tipo de intolerancia a los alimentos? Si fuera por intolerancia a los alimentos, ¿por qué en muchos casos se empeoran sin haber ingerido alimentos? Y otra pregunta ¿Por qué cuando el paciente tiene mayor carga de estrés se incrementan los síntomas a pesar de tener los cuidados en la alimentación?

En ambos casos nos llevan a la conclusión que el componente emocional tiene un peso importante en la expresión de la enfermedad, y quizá, puede ser la causa real del trastorno.

Es por ello por lo que entre mis propuestas terapéuticas se encuentra la Terapia Profesional Antiestrés, en ella de manera breve y sin insistir en el asunto emocional podemos ir descubriendo patrones emocionales que hacen enfermarnos físicamente. Estando estos asuntos emocionales identificados procedemos a desprogramarlos para que se disminuya el impacto sobre la salud del paciente.

Si tenemos bajo control los excesos emocionales, así mismo estarán bajo control nuestros síntomas digestivos. Lo que corresponde a los alimentos que no son tolerados tendremos los mismos cuidados de no ingerirlos para evitar que sean desencadenantes de inflamación. Cómo sabemos si una parte del cuerpo está inflamada, cualquier estímulo pequeño se siente como intenso. Los intestinos son iguales, al estar desinflamados por haber disminuido nuestra carga de estrés, así mismo se van reduciendo los síntomas, incluso al exponerse a alimentos que no los toleraba, ya que, de base el intestino está mucho menos inflamado y por ende más parecido a un tubo digestivo normal que tolera todo tipo de alimentos.

 

El doctor Raúl Fonseca Romero, médico cirujano, especialista en terapias alternativas, ha tratado exitosamente a pacientes con estas dolencias y enfermedades, atiende a sus pacientes en las ciudades de Bogotá y de Zipaquirá. Quienes deseen comunicarse con el especialista lo podrán hacer a través del WhatsApp 315 823 0143 o en sus redes sociales en Instagram @drraul.fonseca o en Facebook drraul.fonseca.

 

“Si tenemos bajo control los excesos emocionales, así mismo estarán bajo control nuestros síntomas digestivos”.

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