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Basílica Menor de San Jacinto en Guasca, encuentro místico con la fe, el color y la luz

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Iniciamos en esta edición, un recorrido por diferentes lugares de tradición religiosa de nuestro país, que por su encanto, belleza arquitectónica y las historias que los rodean, se convierten en increíbles destinos turísticos, dignos de conocer. Hoy les presentamos un sitio realmente increíble, inmerso en un paraíso rodeado de naturaleza, de leyendas y de mucha fe. Se trata de la Basílica Menor de San Jacinto, en el municipio de Guasca, un destino obligado del turismo religioso, muy cerca de la Capital de la República.

Para tener en cuenta…

Horario Eucaristías: Lunes: 5:00 p.m. Martes a viernes: 7:00 a.m. y 5:00 p.m. Sábados 6:00 p.m. Domingos: 6:00 a.m., 8:00 a.m., 10:00 a.m., 2:00 p.m. y 5:00 p.m.

Distancia desde Bogotá: 50 kms
Distancia desde Zipaquirá: 40 kms
Cómo llegar: Desde Bogotá, por la vía a Tunja, ingresa al municipio de Sopó y allí toma la vía a Guasca
Altitud: 2800 m.s.n.m
Clima: 13° C promedio
Otros sitios de interés: Cruz de los Suplicios, Capilla de Siecha, Petroglifos Pajarito.

Algo de Historia

En la puerta de entrada a la región del Guavio, circundada por amplias zonas de cultivo y praderas infinitas matizadas por el verde, se encuentra el municipio de Guasca, poblado que en lengua indígena posee dos significados “cercado de cerros” o gua ‘sierra’ y shuca ‘falda’ en la falda de la sierra. Guasca fue fundada en junio de 1600 por el oidor Luis Enríquez, el denominado urbanizador de Cundinamarca. Ubicada a unos 50 kms de Bogotá y con una altitud de 2800 m.s.n.m, ofrece atractivos que se entremezclan con un clima bastante frío que contrasta con la calidez de sus gentes.

En el centro de la zona urbana, sobre una pequeña pendiente, nos encontramos frente a una joya arquitectónica que no tiene comparación en la región. Se trata del templo parroquial consagrado al patrocinio de San Jacinto, que recientemente fue elevada a la categoría de basílica, precisamente por la majestuosidad que la caracteriza, por la piedad que allí aflora y por la fe que se suscita en su interior.

Los historiadores nos cuentan que lo primero que hizo Enríquez al fundar el poblado fue construir la iglesia, la alcaldía y otras casas de personalidades sobresalientes.

Detalle del altar mayor presidido por el Cristo Milagroso, de la Basílica Menor de San Jacinto

Se edifica en 1600 un templo rústico, pequeño y de regulares condiciones. Al paso de los años este templo es adecuado por los frailes dominicos, quienes se establecen en la zona. En 1639 Fray Agustín de Pedraza, Prior del Convento de Santo Domingo, declara que aunque el templo es de construcción decente, no corresponde al número de fieles que acuden, por lo que convienen ampliarlo.

Finalizando el siglo XVIII la iglesia ya estaba en óptima manufactura y con un hermoso atrio, por lo que en 1778 es elevada a la categoría de parroquia de blancos. En 1839 el ilustrísimo señor Arzobispo de Bogotá Manuel José Mosquera ordena ampliar aún más el templo, contando para 1856 con dos capillas más. Sin embargo, serios deterioros en la estructura ameritan su demolición total. Es así como en 1903 inicia la construcción del templo actual, obra que se ejecuta a lo largo de las dos primeras décadas del siglo XX.

Imágenes realmente admirables y misteriosas

Dentro de la Basílica podrán encontrar imágenes de incalculable valor artístico que a su vez guardan algún misterio místico, según la tradición oral de sus feligreses. Una de ellas el Cristo Milagroso venerado hace décadas por los fieles de la región y que según dicen obra milagros, curaciones y sanaciones. Esta imagen es una perfecta talla en madera del escultor Esteban Montoya y que, según relatos, fue adquirida en Bogotá por el padre Julio Avellaneda a comienzos del Siglo XX. La bella imagen fue entronizada en el Altar Mayor, tallado también en madera proveniente de las montañas de Siecha por el maestro Antonio Torres, autor de los planos de las torres de la basílica.

Cristo Milagroso de Guasca

Otra de las historias curiosas tiene que ver con el cuadro de San Francisco de Paula, del que se cuenta fue hallado en una casa de la vereda Flores y que al ser trasladado a Bogotá para disponerlo en un marco digno, de manera extraña y difícil de explicar, apareció en el templo, sin que nadie lo hubiera llevado allá.

Reliquias que favorecen la sanación

Mencionamos las reliquias de primer grado (es decir, una parte extraída de su cuerpo) de dos santos que se hallan en las naves laterales del templo. Una es la de San Jacinto, santo dominico patrono de la parroquia, de quien se guarda en el relicario expuesto al público un fragmento de hueso. La otra es la reliquia de San Juan Pablo II, de quien encontrarán unos pequeños cabellos. Se dice que muchas personas enfermas han encontrado su sanación al orar con fervor frente a la reliquia de este Santo Pontífice.

Reliquia de San Juan Pablo II

 ¿Cómo llegó a ser Basílica?

La Basílica San Jacinto es un templo de increíble belleza e imponencia con una mezcla de diferentes estilos arquitectónicos, como el neoclásico, corintio, romano y griego. Complementan el lugar los finos detalles de su decoración, la iluminación, los colores de sus muros y columnas y la magia de sus vitrales. Sobre el Santo Cristo resalta un vitral del Espíritu Santo compuesto por cerca de 750 piezas de vidrio. El altar y el ambón o lugar de las lecturas son tallados en piedra, con algunos apliques en madera, ornados con pan de oro.

En la segunda década de este siglo XXI se iniciaron los trabajos de remodelación, restauración de la pintura y diseño de una iluminación que resaltara cada detalle del templo, labores que concluyeron en 2016. El proceso fue tan exitoso que el obispo de la Diócesis de Zipaquirá, monseñor Héctor Cubillos Peña, propone al párroco adelantar las gestiones pertinentes ante la Conferencia Episcopal, con el acompañamiento de la Diócesis, para que fuera proclamada como Basílica. La solicitud, junto con todo el proceso de investigación, luego de la aprobación de la iglesia colombiana, es enviado a la Santa Sede de manos del entonces Nuncio Apostólico Ettore Balestrero. En 14 Septiembre de 2017 el Papa Francisco expide el decreto por el cual se eleva a la categoría de Basílica Menor. El 12 de enero de 2019 el Obispo de la Diócesis de Zipaquirá, preside la ceremonia de consagración de la nueva Basílica.

Frontis de la Basílica consagrada por monseñor Héctor Cubillos Peña, Obispo de Zipaquirá el 12 de enero de 2019

Lea también: La historia y el encanto de la Iglesia Divino Salvador, en Sopó

 ¿Qué es una Basílica?

El término “basílica” proviene del latín basilĭca (edificio público), que deriva del griego βασιλική basilikḗ, (casa real). En los tiempos del Imperio romano, este edificio era donde se ubicaba el tribunal de justicia. En la actualidad se le da ese título a un templo que se destaca por su tamaño, belleza arquitectónica, pero ante todo por su gran importancia espiritual e histórica. Este título, que constituye todo un honor, solamente puede ser otorgado por el Santo Padre. Únicamente existen cuatro Basílicas Mayores que se hallan en Roma, las demás en el mundo se denominan Basílicas Menores.

Un sitio maravilloso cerca de Bogotá para visitar, para fascinarse con la elegancia de su diseño, la fineza de su arquitectura, la pulcritud de su iluminación. Un lugar privilegiado en nuestra sabana para encontrarse con Dios en medio de preciosos paisajes, la exuberante naturaleza y la amabilidad de las gentes del municipio de Guasca.

 

 

 

“Se dice que muchas personas enfermas han encontrado su sanación al orar con fervor frente a la reliquia de este Santo Pontífice”

Foto portada y otras: imágenes tomadas de Arquidiócesis de Bogotá  (captura de pantalla)

Andersson Rodríguez
Lic. en filosofía y ciencias religiosas - Periodista.

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