
Reinventar la jubilación: El arte de vivir con serenidad
Por: Leonardo Cárdenas Vargas – Consultor en comunicación pública.
¿Ha tenido la sensación de no saber qué hacer con su tiempo? Para muchas personas, esta inquietud aparece con fuerza durante la jubilación, una etapa que, aunque deseada, también trae consigo interrogantes profundos. Hoy en día, en un mundo que privilegia la productividad, alcanzar la jubilación se ha convertido en un privilegio. Sin embargo, este momento de la vida no está exento de retos, especialmente en lo que respecta a cómo aprovechar el tiempo libre de manera significativa.
La vida está marcada por pequeños duelos, transiciones que nos obligan a adaptarnos y a construir nuevas maneras de habitar el mundo. Pensemos, por ejemplo, en la separación del bebé de su madre durante el parto, un momento que, aunque natural, representa el primer gran cambio en nuestras vidas. Más adelante, los padres deben dejar al niño con un cuidador para volver al trabajo, o aquella primera vez que fuimos dejados en la escuela, enfrentando el mundo por nuestra cuenta.
A medida que crecemos, los duelos se hacen más complejos: despedirse de los amigos al terminar el colegio, adaptarse al mundo laboral tras la universidad o enfrentar la soledad del nido vacío. Finalmente, llega la jubilación, un momento que cierra el capítulo de la vida laboral y abre la puerta a una etapa llena de incertidumbre, pero también de oportunidades.
Cada cierre de etapa marca un nuevo comienzo. En la jubilación, esta transición puede ser desafiante porque nos enfrenta a la sensación de “¿y ahora qué?”. Sin embargo, también puede ser vista como una oportunidad para redefinir su lugar en el mundo. Al igual que en el pasado aprendimos a adaptarnos, la jubilación invita a valorar el tiempo como un recurso preciado. ¿Cómo podría transformarse en una ocupación tan significativa como las anteriores?
La serenidad debería ser el motor de esta etapa. Lejos de la urgencia de cumplir con horarios o expectativas externas, la jubilación ofrece un espacio único para el autodescubrimiento y el disfrute. Es un momento para reconectar con pasatiempos olvidados, dedicar tiempo a la familia, explorar nuevas pasiones y cultivar relaciones humanas más profundas.
La pregunta final queda abierta: ¿podemos ver la jubilación no como un retiro, sino como una nueva ocupación en la sociedad? Una ocupación donde el objetivo no sea producir, sino vivir plenamente, con serenidad y gratitud.
Tal vez, si logramos cambiar esta perspectiva, podríamos hacer de la jubilación una de las mejores etapas de la vida. ¿Se anima a imaginarla así?