La cidra, conocida como guatila, chayote o Papa de Pobre en distintas regiones, es un fruto autóctono que ha estado presente en la cocina latinoamericana por generaciones. Aunque su uso ha disminuido en los últimos años, un proyecto innovador liderado por el ingeniero químico, magíster en Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Universidad Nacional de Colombia – sede Medellín, Andrés Felipe Londoño Sierra, busca darle una nueva vida transformándola en un snack funcional, ideal para el consumidor moderno.
Inspirado en los avances de Japón en alimentos funcionales –productos diseñados para prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida–, Londoño desarrolló las «moneditas de cidra». Este snack no solo rescata las tradiciones culinarias de la región, sino que también ofrece beneficios para la salud al incorporar probióticos y antioxidantes como la vitamina C.
Cada porción de 100 gramos contiene el 100% del valor diario recomendado de vitamina C, un potente antioxidante que combate el daño celular. Además, incluye microorganismos como el Bacillus coagulans, que mejoran la salud intestinal y fortalecen el sistema inmune. Estos componentes ayudan a prevenir enfermedades crónicas no transmisibles como hipertensión, colesterol alto y síndrome de colon irritable.
El proceso de elaboración emplea tecnologías avanzadas como el impregnador al vacío, que distribuye los compuestos bioactivos de manera uniforme, y el secado por ventana de refractancia, que preserva la textura, el sabor y los nutrientes del fruto. Así se asegura que los probióticos permanezcan activos y la vitamina C no se degrade.
Este desarrollo, avalado por la normativa del Ministerio de Salud colombiano, representa un avance significativo en la tecnología de alimentos. Además, busca abrir oportunidades económicas para agricultores locales al fomentar el cultivo y consumo de cidra, demostrando que los alimentos autóctonos pueden destacarse en el competitivo mercado de productos funcionales.
Uniendo ciencia, tradición y salud, las “moneditas” de Papa de Pobre son un ejemplo de cómo la innovación puede transformar la manera en que consumimos alimentos y cuidamos de nuestra salud.
Foto portada: Imágenes de referencia. Tomadas de Prensa UNAL.