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Juegos colombianos de los 90 que la tecnología ha dejado en el olvido

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Durante los años 90, los niños en Colombia disfrutaban de una variedad de juegos que no requerían más que creatividad y un grupo de amigos. Sin embargo, con el avance de la tecnología, estos juegos han sido reemplazados por dispositivos electrónicos y videojuegos, dejando a las nuevas generaciones sin la oportunidad de experimentar la diversión al aire libre que sus padres y abuelos conocieron.

A continuación, cinco de esos juegos tradicionales que merecen ser redescubiertos y valorados por lo que ofrecieron a tantas generaciones.

1. Yermis: Un juego de puntería y trabajo en equipo

En Yermis, dos equipos se enfrentaban en la tarea de construir y derribar una torre de tapas metálicas, utilizando una pelota de caucho. Mientras un equipo intentaba derribar la torre, el otro debía reconstruirla sin ser golpeado por la pelota. Este juego no solo requería habilidad y rapidez, sino también un gran sentido de compañerismo y estrategia.

2. Stop: El desafío intelectual en cada letra

Stop era el juego perfecto para poner a prueba la rapidez mental de los niños. Después de elegir una letra del abecedario, los jugadores debían encontrar palabras que comenzaran con esa letra para varias categorías. El juego promovía el desarrollo del vocabulario y el pensamiento rápido, convirtiéndose en una forma divertida y educativa de pasar el tiempo.

3. Ponchados: Adrenalina y velocidad en cada golpe

En Ponchados, la acción no paraba. Los niños corrían y se esquivaban, mientras un jugador trataba de «poncharlos» con una pelota suave. Si la pelota impactaba a alguien, ese jugador tomaba el lugar del «ponchador». Este juego, lleno de adrenalina, era una excelente forma de desarrollar habilidades físicas y reflejos.

4. La golosa: Precisión y concentración en cada salto

La golosa, conocida como rayuela en otras partes del mundo, consistía en saltar entre casilleros numerados dibujados en el suelo, sin pisar las líneas, y recoger una ficha en el camino. Este juego no solo ejercitaba el equilibrio y la coordinación, sino que también fomentaba la paciencia y la precisión.

5. Rejo quemado: Estrategia y búsqueda bajo presión

En el rejo quemado, un juego cargado de tensión, los niños debían encontrar una correa escondida antes que los demás. Quien la encontraba podía utilizarla para «castigar» a los demás con correazos, lo que hacía que este juego estuviera lleno de adrenalina. Aunque rudimentario, el rejo quemado promovía la estrategia y la capacidad de búsqueda.

¿Qué ha provocado la desaparición de estos juegos?

El avance de la tecnología, junto con la urbanización y los cambios en los estilos de vida, han relegado estos juegos al pasado. Los espacios para jugar al aire libre se han reducido, y las obligaciones escolares han aumentado, dejando poco tiempo para que los niños disfruten de estas actividades. La preferencia por los videojuegos y los dispositivos electrónicos ha hecho que los juegos tradicionales sean casi desconocidos para las nuevas generaciones.

La importancia de preservar estos juegos para el futuro

Más que simples juegos, estas actividades tradicionales eran fundamentales para el desarrollo integral de los niños. Ayudaban a fomentar la actividad física, el pensamiento creativo y la interacción social.

Es crucial que rescatemos estos juegos y los reintroduzcamos en la vida de los niños actuales, para que puedan experimentar la misma alegría y camaradería que disfrutaron las generaciones anteriores.

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