“Está anclado a la tierra”: esposa de Miguel Uribe habla sobre el estado crítico del senador tras el atentado

Miguel sigue aferrado a la vida": el desgarrador testimonio de su esposa desde el hospital.

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Tres días después del atentado que dejó al senador Miguel Uribe Turbay, gravemente herido, su esposa, María Claudia Tarazona, apareció en público. Fue desde la Función Santa Fe de Bogotá donde permanece internado el precandidato presidencial, que la abogada expresó su gratitud, su miedo y su llamado: uno que no es político, sino profundamente humano. En medio de una situación crítica, su voz se convirtió en el canal de quienes acompañan en silencio esta espera larga y angustiosa.

Tarazona agradeció, antes que nada, a los periodistas que han seguido con respeto el proceso médico y a los ciudadanos que, desde distintos rincones del país, han enviado oraciones por la vida de su esposo. “Miguel es un guerrero”, dijo con firmeza, “sigue luchando por su vida, sigue dando esta batalla, está anclado a la tierra”.

Para ella, es el amor de su familia el que mantiene vivo al senador. Mencionó a su hijo, a sus hijas, a los afectos más cercanos. Pero también hizo un reconocimiento a los colombianos que han acompañado con gestos solidarios, y que (según sus palabras) han sido una batería emocional en medio de los días más oscuros.

No buscó términos técnicos para describir el momento que vive. Al contrario, se sinceró desde lo que no puede nombrarse: “Ninguna familia colombiana debería estar atravesando esto. No se llama dolor, no se llama horror, no se llama tristeza. No podemos bautizar este momento con ninguna palabra existente desde que la humanidad existió”.

En su intervención, también pidió que no se detengan las oraciones, que no se olvide el propósito que compartían como familia y que, en sus palabras, va más allá de lo individual: “El país está en guerra. Y así como yo y mis hijos estamos viviendo momentos difíciles, miles de colombianos están sufriendo al mismo tiempo”.

Aunque evitó referirse directamente a los atentados del martes 10 de junio, que dejaron muertos y heridos en el Valle y el Valle del Cauca, su mensaje aludió con claridad al dolor colectivo. Llamó a todos los sectores (políticos, sociales y armados) a dejar de lado las fracturas y pensar en sanar. “Que los policías muertos no queden en vano, que su causa siga en pie y Colombia logre un país unido”, expresó.

Tarazona habló desde su lugar como madre: “Ningún niño en Colombia debería contar a sus cuatro años que su papá sufrió un disparo en la cabeza”. Con esas palabras, reconoció la dimensión personal y nacional de lo que está viviendo.

María Claudia cerró con un mensaje de empatía hacia otras familias golpeadas por la violencia. “Todo mi amor y esperanza para que construyamos juntos un propósito de vida, para que estas muertes y estos atentados no solamente cesen, sino que nos permitan sanar a Colombia”.

Su intervención concluyó poco después del cuarto parte médico entregado por la Fundación Santa Fe, donde el estado de salud de Miguel Uribe sigue siendo reservado.

En medio de una situación crítica, su voz se convirtió en el canal de quienes acompañan en silencio esta espera larga
y angustiosa.